Toda mujer sabe o ha podido constatar al menos una vez en su vida que la penetración, cuando no hay la suficiente lubricación, duele.

Además, la excitación femenina es muy susceptible de “despistarse”, por lo que una mujer puede pasar de estar muy excitada a estarlo casi nada en un abrir y cerrar de ojos.

Una causa puede ser un intento de penetrar en una vagina insuficientemente lubricada. Te contamos cómo tener la vulva más lubricada y unos coitos más gozosos.

¿Qué hacer para lograr una mejor lubricación íntima?

Hay varios trucos y estrategias para que nuestro cuerpo se ponga en pleno funcionamiento cuando vamos a tener relaciones íntimas. Desde la masturbación frecuente hasta varias técnicas de meditación pueden ayudarnos a estar más preparadas para el coito, y disfrutarlo como nunca lo habíamos hecho.

1. Mantén una vida sexual activa

Contigo misma o en pareja. También es importante, en la medida de lo posible, un buen equilibrio entre el trabajo y el descanso acompañado de hábitos saludables de vida, como el ejercicio y el aire fresco.

2. Apuesta por una alimentación sana

Que sea rica en ácidos grasos poliinsaturados y, en caso de ser necesario, tomar complementos alimenticios naturales con aceites omega.

3. Haz algún tipo de meditación

Para contrarrestar nuestra tendencia a estar siempre con la energía en la cabeza y hacia el exterior. El chi kung de la mujer es una práctica muy recomendable.

4. No laves nunca la vulva con jabón

Ni siquiera íntimo. La mejor práctica higiénica para una vulva sana es hacer diariamente baños de asiento con agua templada y una cucharada de bicarbonato. Este matará todas los microbios que podamos tener sin alterar el pH natural de la mucosa.

Las vulvas deben oler a vulva. Hay una tendencia muy misógina de perfumar las vulvas con jabones con olor a flores. A mujer. Si alguien quiere oler una rosa, que se compre un rosal.

5. Usa lubricantes sin reparos

Especialmente si tienes sequedad de forma habitual.

Elígelos siempre con base acuosa y ecológicos.

Así como no escatimamos en cremas y aceites para la piel del resto del cuerpo, también podemos cuidar, mimar, hidratar y nutrir una zona que nos da muchos placeres y no solemos cuidar.

6. Úsalos también en tus relaciones sexuales

No te arrepentirás. Los hay incluso de sabores que, para ocasiones puntuales y sin abusar, son un ingrediente muy rico para ampliar los juegos sexuales.

7. No uses tampones ni compresas de plástico

Los primeros son algodones con productos químicos que insertamos en la vagina y, por lo tanto, absorben (léase secan) los fluidos de sus paredes, sean rojos o transparentes, dejándolas desprotegidas.

Las segundas, las compresas, son una tapa de plástico que metemos en nuestra vulva, un espacio de por sí caliente y húmedo y que no le permiten la aireación. ¿Y qué es lo que crece encantado en un medio caliente y húmedo? Los hongos. Las alternativas: la copa menstrual, las compresas de tela, las esponjas menstruales, el sangrado libre...