Hay algo que nos va a pasar a todos y a todas.

Y es morirnos.

Tal vez no quieras pensarlo.

Y por eso puede que te pille por sorpresa.

No sabemos quién gobernará este país.

No sabemos cuándo será la próxima vez que bostecemos.

Tal vez ahora porque lo has leído.

No sabemos si Khaleesi finalmente se alzará con el trono.

No sabemos la combinación ganadora.

No sabemos la canción con la que Radiohead abrirá en el Primavera.

No sabemos el nombre de casi nadie.

Pero sabemos que nos vamos a ir.

Una a uno.

En este instante o dentro de treinta y ocho años.

Hay algo violento y hermoso en esta certeza.

En lo efímero.

Pero lo olvidamos.

Y vivimos como si esto fuera para siempre.

Como si siempre hubiera un después.

Pero puede no haberlo.

Igual que hay formas horribles de morir hay instantes horribles para morir.

Súbitamente.

Imagina que mueres mirando la última hora de conexión de tu ex.

O limpiando sobre limpio.

Yo me niego.

Por eso no voy a hacer nada por compromiso.

Imagina que me muero ahí.

En la boda de una prima que casi ni conozco.

En la mesa de los niños.

No.

Lo siento.

No quiero ir, porque si me muero, prefiero morirme en otro lugar.

Sencillo y honesto.

También me niego a morirme de otras cosas que no sean de muerte.

Me niego a morirme de amor.

Me niego a morirme de miedo.

Porque hacer eso sería insultar a la propia muerte y todo lo que ella significa.

El fin de la posibilidad de ser mejor.

Pero si no has muerto es que no es el fin.

Y podemos hacerlo mejor.

Hoy que comienza marzo.

Y dices que menos mal que febrero ha pasado.

No seas inconsciente.

Menos mal que has llegado a febrero.

Vivir como moribundos.

Eso es lo que deberíamos hacer.

Y qué misterio es arrancarle segundos a esta vida.

No puedo elegir.

Pero si pudiera elegir un instante para morir.

Sería en un instante lleno de ternura.

Dando las gracias con la mano en el pecho.

O en un beso en medio de una playa llena de huellas.

Por eso no voy a parar de dar las gracias ni de besar.

Por si me muero.

Que cuando me piensen.

Sobrevenga la sensación.

De estar recibiendo un abrazo.