Con el calor nos gusta salir a pasear entre los pinos, pero allí puede esperarnos la procesionaria. Los pelos venenosos y punzantes de estas orugas son capaces de provocar reacciones alérgicas que pueden llegar a ser graves.

¿Por qué hay plagas de orugas?

A la procesionaria le encanta el calor y por tanto el cambio climático está favoreciendo su propagación.
La oruga es particularmente activa a principios del verano.

El período de tiempo que va desde finales de mayo hasta finales de junio es muy crítico. Durante este tiempo, estos insectos pierden la mayor parte del pelo (medio millón de pelos por oruga), que luego es esparcido por el viento.

Qué es la procesionaria

Las polillas adultas de la procesionaria son de color gris y de hasta tres centímetros de tamaño. Vuelan entre los árboles desde principios de julio hasta finales de septiembre y ponen cientos de huevos en las copas durante el mes de agosto. Las polillas no representan ninguna amenaza.

Los huevos se desarrollan aún más en otoño y sobreviven al invierno. Las larvas eclosionan en abril o mayo del año siguiente, dependiendo de la temperatura.

Las orugas, de hasta cinco centímetros de largo, son inicialmente de color marrón amarillento y luego se vuelven de color negro grisáceo. En etapas posteriores de desarrollo se puede ver una raya marrón en la parte posterior.

Las plagas se mueven a través de los árboles en grandes grupos. Cuando van a buscar comida por la noche, forman cadenas de metros, de ahí les viene el nombre de orugas procesionarias.

Los nidos típicos de la plaga a menudo cubren copas de árboles enteras. Sus telas blancas cuelgan del tronco de todas las especies de pinos.

Qué problemas provocan las orugas

Las orugas de la procesionaria parecen bastante inofensivas a simple vista, pero sus pelos contienen una proteína denominada taumetopeína. Puede causar reacciones como erupciones graves, prurito, reacciones inflamatorias de la piel, irritación de los ojos, fiebre y mareos.

Lo más peligrosos es respirar los pelos finos que resultan casi invisibles, porque pueden producir dificultades respiratorias como bronquitis y asma. En casos extremos, el contacto con el pelo puede incluso provocar un shock anafiláctico potencialmente mortal.

Cómo tratar los síntomas de la procesionaria

Hasta el momento no existen fármacos eficaces contra el veneno de la polilla procesionaria del pino. Si los síntomas son graves, debe consultar a un médico inmediatamente.

Si solo se produce un ligero enrojecimiento y picazón, uno mismo puede tratarse los síntomas.

  • Trata el picor en las áreas de piel afectadas con aceite de hipérico o aloe vera.
  • Una compresa de cuajada o un tratamiento con aceite de alcanfor también pueden ayudar con la hinchazón.

Medidas preventivas en los meses de riesgo

Es mejor prevenir que curar. Los siguientes consejos te ayudarán a evitar una reacción alérgica a la oruga procesionaria del pino:

  • Evita zonas de riesgo. Puedes preguntar en el ayuntamiento cuáles son los parques y zonas afectadas por la plaga. A menudo estas zonas están señalizadas.
  • No toques las orugas y los nidos bajo ninguna circunstancia.
  • Cámbiate de ropa después de estar en el bosque o en el bosque mismo si sospechas que puedes haber entrado en contacto con una procesionaria. Lava la ropa al menos a 60 grados.
  • Si descubres pelos urticantes en tu cuerpo retíralos con una cinta adhesiva.
  • Limpia tus zapatos en mojado o mételos en la lavadora si es posible.
  • Dúchate inmediatamente después de entrar en contacto con el pelo de la oruga.
  • Enjuágate los ojos con agua.
  • Examina periódicamente las zonas de piel especialmente afectadas (pliegues del brazo, cuello, cara)
  • Baño al perro si te ha acompañado al bosque.
  • Si descubres nidos de procesionarias en tu jardín, busca la ayuda de profesionales. Estos suelen succionar los nidos de los árboles afectados

Cómo proteger a los animales domésticos

El pelaje de perros y gatos es una buena protección contra el pelo de la oruga procesionaria, pero el hocico y las membranas mucosas están en riesgo.

Los perros, en particular, corren riesgo al husmear. Para ellos, el veneno de la oruga puede convertirse en un gran peligro y desencadenar reacciones alérgicas graves. La lengua y los labios pueden hincharse mucho y el perro puede tener problemas respiratorios.

Si se presentan síntomas en perros y gatos, debes enjuagar la zona afectada con agua limpia, enfriarla y acudir inmediatamente a la consulta del veterinario.