Durante más de 40.000 años, muchas culturas veneraban lo que la antropología y la historia han agrupado bajo el término de culto a la Madre Tierra. De este concepto original derivaron los cultos a las grandes deidades femeninas que eran consideradas diosas de la vida y de la muerte.

Este atributo puede observar en los ciclos de la naturaleza y en el ciclo que sucede cada mes dentro del cuerpo de una mujer.

En este contexto, el concepto de muerte no es algo definitivo sino el final de un ciclo que supone el regreso al principio del siguiente ciclo.

Es la muerte que precede a la vida, como el invierno precede a la primavera; como la hora más oscura al alba.

Es la muerte que genera vida, como la materia que descompuesta alimenta los nuevos brotes.

Las culturas ancestrales que veneraban las diosas de la fertilidad ya relacionaban los ciclos de la mujer con los de la Tierra.

También se sabe que los primeros calendarios eran lunares por el simple hecho de que las fases de la Luna son un reloj natural invariable. Y las fases menstruales de la mujer están muy ligadas a las de la Luna.

En las ciudades donde nunca anochece del todo y apenas vemos la Luna no lo sentimos tanto, pero cuando vivimos mujeres juntas y sin luz eléctrica, esta sincronización se hace muy obvia.

Los 4 ciclos femeninos

Las mujeres somos seres cíclicos por esta razón nuestras emociones y nuestra libido fluctúa entre las lunas, las estaciones... y nuestro momento del mes.

Observarnos y aprender a conocernos nos dota de una valiosísima herramienta interna para el empoderamiento personal, la sabiduría, la felicidad y el gozo.

Cuanto más te conozcas, más podrás adaptar tu vida a ti y no al revés. Así puedes conocer la mujer cíclica que eres.

Estas son las 4 fases

La fase preovulatoria

Se corresponde con la primavera y la luna en cuarto creciente. Es una etapa expansiva y fresca de renacimiento y vigor. Solemos sentirnos vivarachas, chisposas, con un humor algo adolescente, con ganas de salir, divertirnos, relacionarnos, etc.

Se le atribuye el arquetipo de la Arquera: predomina la parte racional y resolutiva y tenemos un buen control de nuestros impulsos y emociones.

La libido en esta fase puede ser muy baja en algunas mujeres por una cuestión meramente hormonal o puede que se despierte un deseo sexual juvenil y despreocupado pero algo frívolo.

La ovulación

Con el arquetipo de la Madre y la energía veraniega y de Luna llena, muchas mujeres se ponen guapas sin pretenderlo.

Es ese momento en el que sales a por el pan con las zapatillas de tu abuela y te lanzan piropos las mismas personas que tres semanas antes, en plena fase “premen” e intentando vestir sexi ni te vieron.

Es el momento en el que solemos estar más receptivas, empáticas, seductoras, etc. Nuestro cuerpo se prepara para la posible fecundación. Nuestro instinto más primario desea que suceda y por eso estamos más seductoras y nos sentimos atraídas por más gente.

La libido aumenta o incluso se dispara en algunas personas o en algunas etapas de la vida. Ser conscientes de que estamos en la fase de la Madre nos puede salvar de interpretar estos flechazos como enamoramientos, pensar que nuestra pareja ya no nos gusta o que estamos obsesionadas por el sexo.

La pre-menstruación

Cuando llega esta fase nuestro cuerpo quiere sumergirse en la energía otoñal y de cuarto menguante del arquetipo de la Hechicera, que desea ir hacia adentro y desembarazarse y dar muerte a lo que ya no sirve.

No tenemos tantas ganas de salir ni relacionarnos como en las dos fases anteriores, estamos más sensibles y nos cuesta reprimir la expresión de nuestras emociones y necesidades. Gana terreno nuestra parte emocional e intuitiva. Tenemos menos energía hacia el exterior y nos cuesta más resolver las cuestiones cotidianas. Puede que nuestra libido baje mucho porque nuestro cuerpo ya no pone interés en la fecundación, o porque nos cuesta relacionarnos y tenemos más conflictos que no ayudan a tener ganas de encuentros sexuales. Pero a veces también puede pasar que las bajas posibilidades de quedarse embarazada nos relajen y eso aumente el deseo sexual.

La menstruación

Llega el invierno interno y la Luna nueva. En esta fase conectamos con el arquetipo de la Bruja, en la que (si nos dejan) bajamos a las profundidades de nuestra alma en un estado muy intuitivo, poco racional y altamente sensible.

Tenemos poca energía con picos de fuerte actividad. Nuestros movimientos son lentos y podemos experimentar dolores menstruales.

Como en la fase ovulatoria, este puede ser un momento muy sexual con la diferencia de que durante estos días nuestra sexualidad se vuelve intensa, salvaje, profunda, espiritual.

Nos podemos ver muy atractivas aunque nuestro aspecto no corresponda con el modelo ideal de belleza, pero nos sentimos más conectadas con la naturaleza interior y exterior.

Eso nos puede llenar de esta sensación de sexualidad no domesticada en la que somos más conscientes de lo que nos gusta y lo que no, lo que deseamos y lo que no nos apetece, y eso hace que nos mostremos más exigentes con el placer sexual.

Algunas mujeres en esta fase prefieren la masturbación y el autoplacer al intercambio con otras personas por lo de estar más por una misma.

Es sabido que el orgasmo es el más antiguo y usado analgésico natural para los dolores menstruales.

Cómo crear tu diagrama menstrual

El diagrama menstrual es un gran círculo dividido en 30 partes, uno por día, y con los 4 ciclos lunares (puedes encontrar uno en www.sedacalenta.cat en “materiales para descargar”).

Hazte algunas copias, un diagrama para cada mes si tienes ciclos de 29 días o menos y dos si tus ciclos son más largos.

  1. Anota el primer día de sangrado como día 1 en relación a la Luna que haya. Escribe el número de días del resto del ciclo en cuatro colores diferentes, uno para cada fase.
  2. Anota tu estado de ánimo, mental y físico en los “quesitos” del círculo grande, Y en los pequeños, los acontecimientos que hayan podido marcar tus estados: buenas o malas noticias, discusiones, sorpresas, alegrías, exámenes...
  3. Anota en rojo tu libido: si te ha costado más o menos llegar al orgasmo, si has preferido sexo sin orgasmo, si has estado activa, pasiva, dominante, tierna, desconcentrada...

Después de cuatro o cinco meses, junta todos los diagramas y observa repeticiones, coincidencias... ¡Ahí tienes muchas pistas sobre tu sexualidad cíclica!