¿Cómo puedes identificar tus talentos naturales para después desarrollarlos? Si dedicas algún tiempo a pensar en ello, probablemente encontrarás con rapidez cuáles son las capacidades en las que gozas de cierta aptitud.

A continuación, sugeriré algunas pautas, a modo de guía, para ayudarte a identificar tus talentos, aunque es importante recordar que no es necesario que estén presentes todas las características que se citan para considerar algo como un don o cualidad extraordinaria.

1. ¿Qué te resulta fácil de hacer?

Este es el aspecto que más puede servirte para identificar un don. Me parece que es su característica cardinal, pues cuando tienes talento en algo, realizas con relativa facilidad las actividades relacionadas con ello. Y digo relativa facilidad porque no se trata de que siempre sea sencillo sino de que, comparativamente con lo que les sucede a otros, requieres de un menor esfuerzo para realizar la misma tarea. Podrías decir que tienes "soltura", que se te da bien.

Además, es interesante comprobar que esta facilidad no se limita a una sola área sino que se manifiesta en todas las actividades que están relacionadas. Un amigo mío tiene un don para la organización. Me acuerdo de que, cuando estudiábamos en la universidad, él siempre sabía las fechas de los exámenes, conseguía los mejores apuntes y montaba calendarios de estudio con envidiable y asombrosa precisión. Pero esa misma facilidad se manifestaba fuera del ámbito académico: organizaba excelentes fiestas en las que nunca faltaba de nada y era siempre el promotor de encuentros y vacaciones compartidas.

2. Desarrolla el dominio en un área

La facilidad con que realizas estas actividades hace que, en la mayoría de los casos, desarrolles rápidamente un gran dominio sobre ellas. Es decir, puedes
trasladar con bastante precisión lo que te propones a la práctica.
Aquello que comienza a tomar forma en tu mente puede encontrar una expresión que la refleje de modo bastante similar en la realidad.

Esto se comprueba de forma evidente en aquellas personas que tienen un don para la música y que poseen la capacidad de "escuchar" la melodía en su cabeza antes de trasladarla a un pentagrama o a interpretarla con un instrumento. Del mismo modo, quienes tienen aptitudes para las artes plásticas pueden plasmar por diversos medios lo que ya "veían" en su mente. Y, por el contrario, aquellas personas que carecemos de este don, podemos tener esta imagen o visión mental, pero una vez materializada, el resultado no es el que esperábamos.

3. Realiza aquello que te guste

La combinación de realizar algo con facilidad y, además, con dominio hace que, por lo común, emprender actividades para las cuales gozas de una aptitud particular sea bastante placentero. No siempre, pero muchas veces,las actividades que te gustan, que te brindan disfrute y diversión, son aquellas en las que alguna aptitud personal se está poniendo en juego.

Para ilustrarlo con un ejemplo: yo sé que mi aptitud natural tiene que ver con el manejo del lenguaje. Trabajo en ello día a día pero cuando me detengo a pensarlo, veo que muchas de las cosas que me divierten también tienen relación con esto: me gustan los chistes, soy rápido para hacer juegos de palabras, frases con doble sentido e ironía y, ya desde que era pequeño, me divierto mucho más con juegos en los que hay que adivinar una palabra que con aquellos de azar o estrategia.

4. Busca otras opiniones en tu entorno

En general, tus aptitudes son bastante visibles para los demás; en ocasiones, tal vez incluso más que para ti mismo. Y es que los padres, los profesores, los amigos o los compañeros de profesión suelen detectar con bastante rapidez tus potencialidades o capacidades más destacadas. Por ello, escuchar lo que te dicen aquellas personas que te rodean puede ser una buena forma de investigar dónde se encuentran tus principales virtudes.

Por supuesto, no debes tomar estas opiniones ajenas como algo definitivo ni desestimar las percepciones o los deseos propios para lanzarte sobre aquello para lo que otros te consideran apto. Pero sí que me parece enriquecedor tener en cuenta la mirada de los demás; especialmente si, desde distintos ámbitos y de diferentes personas, coincides en obtener informaciones alentadoras sobre aquellas cosas en las que destacas.

5. Aspira a lograr buenos resultados

Finalmente, menciono los buenos resultados porque creo que, en algunos casos, estos pueden ser indicativos de un don o una aptitud. Pero estoy convencido de que los buenos resultados están más relacionados con el talento -es decir, con cómo has desarrollado tus dones- que con la aptitud por sí sola. Claro está que hay resultados en los que, además, intervienen el azar y muchas otras variables que se encuentran completamente fuera de tu control.

Aparte, hay que tener en cuenta que, si una buena actuación puede desvelar una facilidad para realizar determinada tarea, un pobre resultado de ninguna manera habla de una falta de aptitud. Es más probable que lo que esté faltando en ese caso sea entrenamiento... y paciencia, ya que como dice el conocido aforismo: "El talento es diez por ciento inspiración y noventa por ciento transpiración". Es decir, que gran parte de la genialidad se encuentra en el esfuerzo que realizas.