La maternidad, sobre todo cuando se es primeriza, puede resultar de lo más desconcertante. Es posible que nunca nos hayamos planteado que vamos a necesitar ayuda. Mucha ayuda. De todo tipo. Una lectora le hace la siguiente pregunta a Laura Gutman:

Ahora que tengo al fin a mi bebé en brazos, ¿qué necesito más: ayuda con la casa o una ayuda profesional terapéutica? Por fuera y por dentro, en mi mundo todo está patas arriba.

TODO TIPO DE AYUDA

Necesitas ayuda en todo. Vale la pena que todas las mujeres y los varones sepamos que tener un bebé nos da completamente la vuelta a nuestro mundo. No es verdad que el bebé solo come y duerme. No es verdad que es fácil.

Necesitamos ayuda y compañía. Necesitamos comprender mejor nuestros estados emocionales. Necesitamos ayuda concreta: alguien que nos limpie la casa y nos ayude o nos traiga algo de comer. Necesitamos también alguien que nos acompañe, que no nos de consejos, que no nos diga lo que tenemos que hacer, que simplemente confíe en nosotros. No hay nada más depredatorio para una madre, que está necesitando arrancar con un vínculo totalmente nuevo, en una situación completamente nueva, que tener que responder a lo que le dice alguien. Eso es lo que yo llamo depredadores emocionales.

CONSIGUE UN VÍNCULO DE CALIDAD

Imagina que estoy empezando una relación amorosa. Voy por primera, segunda o tercera vez a la cama con esa persona, y tengo alguien ahí que me dice: “Así no. Me parece que estás tardando mucho. ¿Puedes empezar de nuevo?”. ¿Qué hacemos? ¿Cómo nos vinculamos?

Entre madre e hijo pasa igual. ¿Cómo hago para instaurar, crear, alimentar y nutrir un vínculo nuevo, ya sea madre-bebé, papá-mamá-bebé si alguien no me deja en paz y no me dice: “Tranquila, está todo bien. Yo cuido la puerta para que nadie te moleste”?. Es lo mismo. Hicimos el amor más o menos bien, más o menos mal, depende, pero cuando salimos tenemos una cajita de chocolates esperándonos. Eso está bueno. Eso nos dice que va a funcionar. Ahora, si alguien entra y dice: “No, no. Yo te digo cómo lo hice yo. Hazme caso, porque yo tengo diploma profesional. Soy psicólogo, médico, neurólogo…”. Esto arruina ese vínculo entre madre e hijo que hay que cuidar tanto porque ahí está el futuro la humanidad.

Cuanto más amoroso, más tranquilo, más tierno, más verdadero, más afectuoso y más empático sea ese vínculo, mejor nos va a ir a todos después.

Si el video te ha gustado, compártelo en las redes sociales y suscríbete a nuestro canal. ¡Nuevo video todos los martes!