Miramos la crianza con ojos de adulto y no nos damos cuenta de que los niños solo piden aquello que necesitan. Colmar sus necesidades no es malcriar, es asegurarnos de criar futuros adultos repletos de amor y seguros de sí mismos. Sin embargo, la realidad que viven las madres es la que relata la siguiente madre y a la que Laura Gutman responde.

Mi madre me dice que mi hijo es un malcriado, porque consigue todo lo que quiere de mí llorando. Yo le digo que se equivoca, pero me queda un regusto amargo cuando vuelve a casa y me pide algo.

CREENCIAS EQUIVOCADAS

Esto es muy común. Lo que pasa es que el mundo está al revés. Somos tan ignorantes de lo que es un niño, que para saber deberíamos poner un telescopio y quedarnos mirando para acabar diciendo: “Ah, eso es un niño”. Entonces veríamos que un niño pequeño pide estar con su madre, estar en brazos…

El niño no fue a ningún lugar donde alguien le dijo cómo tenía que actuar, actúa espontáneamente y por eso los adultos tenemos que aprender de él, porque ya desaprendimos lo que era ser niño, porque nadie nos miró, ni nos contempló, ni nos satisfizo, ni nos amó, ni nos acompañó. Nosotros nos tuvimos que ir adaptando a este mundo horrible, lleno de violencia, de guerra, de delincuencia, de sufrimiento, de enfermedades, de corrupción, de narcotráfico, de adicciones… Y este mundo terrible lo hacemos todos nosotros, porque hemos tenido infancias horribles y aprovechamos de adultos para vengarnos y maltratar al otro, porque siempre hay alguien más débil, ¿y quién más débil que un niño?

CON OJOS DE NIÑO

Para mí el mundo cambiaría radicalmente si pudiéramos concebir una civilización centrada en el niño: amarlo, cuidarlo, responder a sus necesidades… Entonces ese señor va a ir creciendo colmado, amado, sostenido, tenido en cuenta, libre, feliz, seguro…, y cuando sea grande va a desparramar amor, porque le sobra. Entonces va a cuidar la Tierra, va a ser ecológico, va a cuidar a los más débiles, va a cuidar a la gente mayor, va a cuidar a cualquiera que se le acerque, porque le va a sobrar amor, comprensión y empatía.

¿ATENDER SUS NECESIDADES ES MALCRIAR?

¿Por qué pensamos que atender las necesidades de los niños es malcriar? Porque nosotros hemos sido criados en la obediencia y entonces pensamos que el niño tiene que ser criado en esa obediencia, en adaptarse al adulto, en no molestar, en no moverse, en no pedir, en definitiva, en no ser niño. Ahí se va a adaptar a lo que yo necesito, que es que se adapte a mi mundo para que sea confortable para mí, porque como yo he sido criado así, ahora me desquito con el niño. Y a lo que no es eso lo llamo malcriar.

Si el video te ha gustado, compártelo en las redes sociales y suscríbete a nuestro canal.