El amor invierte el modelo que habitualmente usamos, por ejemplo, en nuestra economía cotidiana: si te gastas un euro, tienes un euro menos, pero en la economía del amor, si tú das un beso, no lo pierdes, sino que lo ganas. Y cuantos más das, más recibes. Y si los guardas y te los quedas, entonces no tienes nada y los pierdes.

Cualquier forma de medir el amor es insustancial y limitada. Asumiendo todas las limitaciones, algunos investigadores han creado sistemas de elaboración simple que permiten conocer el grado y la profundidad que una persona enamorada siente por otra. Ello permite al propio enamorado conocerse un poco más a sí mismo, y además disponer de una referencia con la que comparar sus deseos y expectativas con los de su pareja.

En este sencillo test te proponemos una forma simple de conocer qué tipo de amor tienes, cuáles son tus puntos de excelencia y dónde deberías mejorar. Después, puedes invitar a tu pareja a que realice el mismo test para poder superponer vuestros resultados y valorar un proceso de mejora.

Los estudios muestran que el mejor indicador de satisfacción de la pareja es la similitud en los parámetros evaluados, tanto respecto al nivel percibido como al ideal.

Por otra parte, en caso de disfunción en la pareja, ayuda a conocer donde radica la dificultad.

Para conseguir evaluar el tipo de amor que sientes y el de tu pareja, vamos a utilizar la propuesta de medición de Sternberg, que considera tres componentes como los elementos clave en el amor: la intimidad, la pasión y el compromiso.

Existen otros componentes, como la comunicación, pero ninguno de ellos tiene un papel tan importante en la satisfacción de la pareja.

Los tres vértices del triángulo del amor

Antes de iniciar el test, vamos a definir exactamente estos tres factores que deben evaluarse, ya que es habitual que cada persona haga su interpretación en función de su propio sesgo.

1. Pasión

Se refiere al grado de deseo de unión con el otro. Va más allá del deseo sexual e incluye tener en cuenta otras necesidades vitales y la capacidad de respuesta a los estímulos que nacen en la otra parte.

2. Compromiso

Implica la decisión de amar a la otra persona y la capacidad de mantener ese amor en el tiempo. Es lo que mantiene la relación cuando aparecen las tensiones.

3. Intimidad

Incluye sentimientos de acercamiento, vínculo y conexión. El deseo de bienestar del otro, el respeto, la disposición a ayudar, la complicidad, la entrega al otro y la comunicación íntima, física y emocional.

Cómo interpretar este test

Os invitamos a ti y a tu pareja a elaborar por separado vuestro propio triángulo del amor. Puntuad del 1 al 10 cada factor y marcadlo con un punto en la recta correspondiente, luego juntad los tres puntos. Las combinaciones de estos tres elementos subrayan los diferentes tipos de amor y de relaciones.

Cuando existe un predominio claro de intimidad, en ausencia de pasión y compromiso, solo hay cariño. O puede que solo exista pasión. O solo compromiso, entonces el amor es vacío. Podríais encontrar en vuestra relación intimidad y pasión, sin compromiso. O intimidad y compromiso, sin pasión, que conducen al amor sociable. ¡Existen tantas combinaciones!

Después vendrá el momento de superponer los dos triángulos. Suerte y, sobre todo no os agobiéis con el resultado. Cada relación es única, y solo vosotros sabréis si os sirve tal y como ahora es.

Los ajustes perfectos son muy raros de encontrar. Es preciso tener en cuenta que aunque los grandes desequilibrios pueden ser vividos con malestar, los desequilibrios más ligeros suelen ser bienvenidos.