Si todavía no has visto la película Bird Box Barcelona (el último éxito de Netflix y esperado spin-off del filme Bird Box protagonizado por Sandra Bullock), no sigas leyendo esto, pues vamos a revelar el final para que veas su relación con la salud mental y el trauma.
La película, ambientada en una Barcelona apocalíptica, está protagonizada por Mario Casas y nuevamente se centra en la llegada al planeta de unas misteriosas criaturas que llevan al suicidio a las personas que las ven.
Las criaturas, que no se muestran a cámara en ningún momento del filme, son seres cuánticos que al establecer la mirada con una persona son capaces de leer sus sentimientos ocultos y martirizarlos para llevarlos a quitarse la vida. Por eso los ciudadanos que salen a la calle lo hacen con los ojos vendados, para impedir ese contacto visual. Sin embargo, algunas personas que establecen ese contacto visual parecen resistir a la tentación de quitarse la vida y se convierten en lo que en la película llaman "videntes", individuos que persiguen a los demás para hacerles mirar hacia las criaturas y provocar que se suiciden.
Bird Box Barcelona: referencias a la salud mental
La película Bird Box Barcelona es un thriller típico basado en la clásica propagación de una epidemia mundial o invasión que lleva a la humanidad a su extinción. Sin embargo, lo poco habitual de la película es que en este caso los seres humanos no sufren un ataque a su salud física sino a su salud mental, que es lo que les lleva a acabar con su vida.
El tema del suicidio ya es, en sí, un tema importantísimo dentro de la salud mental, al cual se le está empezando a dar la visibilidad que se merece en los últimos tiempos. Pero las referencias a la salud mental en esta película no se quedan ahí. Por ejemplo, las criaturas extrañas que inducen el suicidio parecen acceder a los sentimientos más ocultos de las personas e invadir su cerebro con mandatos que escuchan en su mente de una forma bastante parecida a las "voces" que dicen escuchar algunas personas con enfermedad mental.
Además, en la película se sugiere que los "videntes" –las personas que en lugar de suicidarse se convierten en cómplices de las misteriosas criaturas– presentan algún tipo de desequilibrio mental o han vivido un trauma que las criaturas aprovechan para controlarlos completamente.
En el filme, el protagonista –interpretado por Mario Casas– se convierte en vidente tras experimentar el trauma de ver cómo se suicida su hija, pero parece que consigue liberarse del control de las criaturas tras recibir terapia por parte de una doctora. Se puede interpretar que esa intervención le ayuda mejorar su salud mental y emocional y eso impide que puedan seguir manipulándolo.
BIRd BOX BARCELONA: EL TRAUMA altera EL ADN
Al final de la película se revela que en un refugio en el Castillo de Montjuic de Barcelona hay un lugar "seguro" donde se investiga a los videntes y su resistencia psicológica a los extraños seres. Los investigadores han podido observar que estas personas presentan algunas marcas genéticas que podrían explicar esa resistencia. Es decir, sugieren que lo que hace que estas personas sean inmunes a las criaturas es que su ADN había cambiado previamente tras sufrir sucesos fuertes, traumas o incluso situaciones de pena continua. Por ello, los investigadores pretenden investigar este ADN alterado de los "videntes" para encontrar una vacuna contra estas criaturas.
¿Qué hay de cierto en esta teoría que trata de sustentar en parte el peculiar argumento de la película? En realidad, se ha podido constatar que las situaciones traumáticas o las situaciones extremas –como la guerra, las torturas o el hambre– sí pueden causar "marcas" en los genes que pueden cambiar su expresión.
Un ejemplo de esto es el impacto de la hambruna en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial. Esta hambruna severa afectó a los residentes de Holanda de manera significativa. Los bebés nacidos de madres que sufrieron hambre en las etapas finales del embarazo pesaban menos de lo normal. Por otro lado, los niños de madres que experimentaron la hambruna en las primeras etapas del embarazo tendían a ser más obesos, más propensos al estrés y tenían una mayor incidencia de enfermedades cardíacas. Lo más notable de este fenómeno es que los efectos de esta marca epigenética en el feto se transmitieron a las generaciones siguientes.
Otro ejemplo es un estudio publicado en Nature que investigó la hipótesis multigeneracional de que la exposición de una abuela a estrés psicosocial durante el embarazo puede afectar la metilación –un mecanismo molecular– del ADN de su nieto. Este estudio apoya la teoría de que la metilación del ADN –un mecanismo molecular biológico– está involucrado en la transmisión del estrés a través de las generaciones.
También se ha observado en madres que han sido expuesta a sustancias bioquímicas durante el embarazo, llevado una mala alimentación o tomado de antibióticos pueden transmitir alteraciones epigenéticas a sus hijos. Además, el cambio climático también ha demostrado tener un impacto en el epigenoma. Un estudio realizado por el Institut de Ciències del Mar ha identificado cambios sutiles en la epigenética de especies animales que se están adaptando al cambio climático. Por ejemplo, se ha observado que las lubinas que nacen en aguas que son de dos a cuatro grados más cálidas de lo normal muestran cambios en la expresión de genes asociados con la respuesta al estrés y el crecimiento.
Volviendo a la película, al final vemos cómo, al intentar estudiar estos fenómenos han reclutado a un "vidente" para explorar la vía de ADN para preparar vacunas sin tener en cuenta que, aunque no tratan de suicidarse, siguen siendo un problema. Se masca la tragedia y, quizá, un nuevo spin off del filme.