La glándula tiroides está situada en el cuello y tiene dos lóbulos, cuya ubicación y forma evocan una pajarita, o una mariposa. Justo encima de ella se encuentra la glándula paratiroides, que cumple un papel fundamental en el metabolismo del calcio.

Por suerte, los problemas de la tiroides no suelen afectar a la glándula paratiroides, ni viceversa, por lo que parecen funcionar de manera bastante autónoma a pesar de su proximidad.

La glándula tiroides secreta las hormonas triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4), esta última mucho más activa.

Su funcionamiento está regulado por la glándula hipófisis, que a su vez secreta la hormona estimulante de la tiroides (TSH), cuyo aumento acelera el funcionamiento tiroideo.

Se podría definir la tiroides como el "acelerador" del organismo y de sus procesos metabólicos: un exceso de función aumenta el metabolismo, mientras que su déficit se asocia a la falta de energía.

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¿Cómo se detecta un problema de tiroides?

El diagnóstico de las enfermedades tiroideas no resulta fácil puesto que en muchas ocasiones, y en estadios iniciales, se asemejan a problemas emocionales o de otro tipo. Pero las pruebas analíticas suelen ser bastante precisas e indicativas.

Los principales indicadores que se tienen en cuenta son:

  • Anticuerpos TPO, tiroglobulina. Su elevación indica un probable hipotiroidismo actual o futuro.
  • Anticuerpos TS51. Su elevación indica hipertiroidismo por enfermedad de Graves.
  • Hormonas tiroideas T3 y Y4. Cuando aparecen alteradas indican directamente afectación de la tiroides.
  • TSH o tirotropina, hormona estimulante de la tiroides. Desciende en el hipertiroidismo y se eleva en el hipotiroidismo, incluso antes de que se alteren las hormonas tiroideas.

En este vídeo puedes ver cuáles son los valores normales de TSH y cuándo puede haber hipotiroidismo:

 

Síntomas de las enfermedades tiroideas

A pesar de tener aspectos en común, hipertiroidismo e hipotiroidismo ejercen efectos opuestos sobre el cuerpo.Si tienes varios de estos síntomas, acude al médico para que te haga las pruebas pertinentes:

HipertiroidismoHipotiroidismo
Disminución de pesoAumento de peso
Aumento del apetitoReducción del apetito
NerviosismoApatía, depresión
SudoraciónRetención de líquidos
Aumento del calor corporalPiel fría
HipertensiónTensión sanguínea estable
Reducción de TSHElevación de TSH
PalpitacionesMenstruación irregular
Dolor de cabezaDolor de cabeza
Ojos saltonesFragilidad del cabello y piel

¿Por qué se altera la tiroides?

Tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo se suelen reflejar en una alteración en las pruebas inmunitarias, lo que indica que gran parte de estos trastornos tiene un componente autoinmunitario, es decir, que es el sistema inmunitario el que ataca las células tiroideas y las altera.

Pero no hay que olvidar que un consumo elevado de proteínas modificadas o de grasas hidrogenadas o margarinizadas estimula el proceso inflamatorio y altera los mecanismos inmunitarios.

Asimismo, tiene mucho que ver con los trastornos de tiroides la contaminación nuclear, puesto que el yodo es uno de los isótopos que más fácilmente se forma en la fisión nuclear.

El problema ya no es tanto el riesgo de cáncer tiroideo, que existe, sino que en dosis bajas, al acabar formando parte íntima de la glándula tiroidea, produzca micromutaciones y microlesiones que puedan estimular su degeneración o los mecanismos de autoinmunidad.

Más allá de incidentes desgraciados como el de Chernobyl, el aumento de la radiactividad de fondo es un hecho constatado, posiblemente producido por las múltiples aplicaciones industriales, militares e incluso semidomésticas de los isótopos radiactivos, que permanecen en el terreno durante siglos.

Hipotiroidismo: por qué se produce, qué síntomas causa y cómo tratarlo

El déficit en la actividad de la glándula tiroides es el hipotiroidismo, que provoca una reducción general del metabolismo y de los procesos oxidativos en general.

Todo ello hace que el organismo vaya lento, con una temperatura más bien baja, y que se sientan pocas energías, fatiga, cansancio de predominio matutino, pulso lento y reflejos adormecidos.

El enlentecimiento es general y afecta incluso a los procesos mentales. La persona, además, se suele adaptar mal al frío.

Otros de sus síntomas habituales son:

  • dolor de cabeza
  • retención de líquidos, que hace que el aumento de peso sea una de las primeras características de esta enfermedad, aunque disminuya el apetito y se coma menos;
  • bolsas de los ojos;
  • problemas de fertilidad, con periodos menstruales irregulares y ocasionalmente muy abundantes;
  • caída del cabello y uñas quebradizas;
  • piel fría, húmeda, seca, escamosa;
  • y a veces bocio.

En caso de hipotiroidismo muchas veces es necesario administrar hormonas tiroideas, aunque solo deberían emplearse si existen síntomas desagradables.

Por otra parte, estos 10 consejos pueden contribuir a la regulación del hipotiroidismo:

  1. Ejercicio suave. Adopta una rutina de ejercicio suave cada día.
  2. Aire libre. Procura tener contacto con el sol y el aire libre.
  3. Alimentos marinos. Consume especialmente pescado azul.
  4. Tisanas estimulantes. Puedes, por ejemplo, prepararte una de té verde, romero y escaramujo.
  5. Germen de trigo. Toma una o dos cucharaditas al día.
  6. Brisa de mar. Pasea por la orilla del mar y báñate en él si lo tienes cerca, pues la brisa marina está cargada de yodo.
  7. Fruta del tiempo. Cómela entera o licuada, pero natural.
  8. Reduce la sal a la mitad, o más si te gustan las cosas saladas.
  9. Suplementos de yodo. Tómalos solo por consejo de tu médico.
  10. Cuida tus cabellos y piel. Ponte cremas hidratantes y utiliza champús nutritivos.

Hipertiroidismo: causas, síntomas y tratamiento

El exceso de función de la tiroides no resulta tan frecuente como su defecto, pero puede acarrear graves consecuencias si no se tiene en cuenta.

Nueve de cada diez personas que lo padecen son mujeres.

Su causa más frecuente es una infección viral o una inflamación autoinmunitaria de la tiroides ocasionada por la llamada enfermedad de Graves-Basedow, aunque puede deberse a otras causas, como un tumor o nódulo.

El exceso de funcionamiento de la tiroides se suele manifestar en un principio con síntomas aparentemente asociados a episodios de estrés:

  • nerviosismo, irritabilidad e insomnio;
  • taquicardia y palpitaciones, generalmente con aumento del ritmo del pulso, aunque no necesariamente, puesto que el paciente siente cómo el corazón le retumba en el pecho;
  • hipertensión;
  • sudoración notable con dificultad de adaptación a los ambientes calurosos, manos calientes y húmedas;
  • temblor fino de las extremidades;
  • estreñimiento, diarrea o ambas;
  • cansancio muscular y debilidad;
  • incremento del apetito y pérdida de peso;
  • y exoftalmos, que se pueden definir como ojos saltones, que parecen salirse de las órbitas.

Se suele recomendar, inicialmente, el tratamiento con fármacos antitiroideos, como metimazol o tapizol. Sin embargo, no se recomienda prolongarlo durante muchos años ya que puede alterar el sistema defensivo del organismo. Esto, sin embargo, es variable y se puede ir controlando con análisis periódicos.

Desde un punto de vista dietético, se recomienda el consumo de alimentos ricos en sustancias antitiroideas o bociógenos, como las coles y sus parientes de la familia de las crucíferas, aunque no se pueden considerar un tratamiento.

Por otra parte, se recomienda moderar el consumo de alimentos ricos en yodo (algas, pescado, marisco y sobre todo sal yodada), que pueden estimular el funcionamiento tiroideo.

No existe un tratamiento natural realmente efectivo del hipertiroidismo, aunque se ha propuesto el licopo o menta de lobo (Lycopus europaeus, Lycopus virginicus) porque parece ejercer cierta acción anti tiroidea, además de actuar como calmante y relajante muscular. Aun así, se emplea únicamente como tratamiento complementario de los fármacos.

Además, suelen ser efectivas ciertas plantas tranquilizantes, especialmente el espino blanco (Crataegus oxyacantha), ya que relaja y reduce la tensión arterial y las taquicardias. Otras plantas recomendables son la agripalma (Leonurus cardiaca) o la pasiflora (Passifiora incarnata).

En oligoterapia pueden ser útiles algunos complejos como Manganeso-Cobalto, aunque siempre bajo la supervisión de un profesional.

En el tratamiento convencional, tras un periodo tomando anti tiroideos se suele proponer la operación o el yodo radiactivo, que inactiva la tiroides y la deja sin función, o con una función escasa. Así se pasa de una situación de hipertiroidismo a la contraria, de hipotiroidismo.

Este tratamiento final puede aplazarse, o incluso no realizarse, en personas con hipertiroidismo ligero, que pueden ir controlándoselo con medicación sin consecuencias indeseables.

Estas 10 pautas pueden ayudar a ir controlando el hipertiroidismo y sus efectos:

  1. Relájate. Tómate un tiempo para cada cosa.
  2. Busca paz. Practica yoga, taichí o meditación.
  3. Tisanas relajantes. Toma, por ejemplo, tila, azahar y manzanilla.
  4. Huye del estrés. Evita las situaciones que preveas que puedan causarte estrés.
  5. Evita los estimulantes: café, té, alcohol, exceso de carnes...
  6. No abuses de alimentos de origen marino ni de algas.
  7. Evita la sal yodada.
  8. No te abrigues demasiado ni abuses del aire acondicionado.
  9. Dosifica el ejercicio, ya que si es intenso te hará sudar mucho.
  10. Fibras naturales. Lleva ropa interior y calcetines de fibras porosas y absorbentes.

Bocio, quistes, nódulos, tumores y cáncer de tiroides

El bocio se produce cuando se hincha excesivamente la glándula tiroides, sea por quistes o nódulos o por una congestión general.

Antiguamente, en las zonas de interior existía mucho bocio, ya que por la lejanía del mar se consumía poco yodo, lo que obligaba a la tiroides a funcionar acelerada para conseguir niveles adecuados de hormonas. Sin embargo, esto ya casi no sucede hoy, al menos en países desarrollados.

El bocio puede producir problemas obstructivos o de compresión, y en muchas ocasiones exige un tratamiento quirúrgico; sin embargo, puede existir sin que eso signifique que la tiroides funcione mal, en todo caso sin que existan alteraciones hormonales de la función tiroidea.

En otras ocasiones se diagnostica un quiste, nódulo o bulto en la glándula tiroides. En general, los nódulos tiroideos no son cancerosos y pueden ser "fríos", es decir, que no modifican la función tiroidea, aunque también pueden producir hipertiroidismo o hipotiroidismo.

Las enfermedades tiroideas, como el hipotiroidismo, el hipertiroidismo o los nódulos tiroideos benignos, también aumentan, aunque menos, la incidencia del cáncer tiroideo.

El cáncer de tiroides es el más frecuente del sistema hormonal pero se calcula que su incidencia es de un caso por cada 10.000 personas. Tiene un tratamiento quirúrgico o medicamentoso y, en general, su pronóstico suele ser bastante favorable.

El pronóstico de este cáncer es en general benigno (sobre todo si se trata de un cáncer papilar, lo que ocurre en el 85% de los casos) y se calcula que la mortalidad en un plazo de 25 años es tan solo del 1%.

La causa primordial es desconocida y posiblemente tiene que ver con la predisposición genética, pero los factores ambientales resultan determinantes. Así, tras la explosión de la central nuclear de Chernobyl, el cáncer de tiroides se multiplicó por 12 en Ucrania y afectó sobre todo a los menores de 14 años.

El tratamiento básico es la cirugía: se extirpa la glándula tiroidea y luego se administran hormonas tiroideas durante el resto de la vida. En algunos casos excepcionales se plantean otros tratamientos, como por ejemplo el uso de yodo radiactivo.

Libros sobre la tiroides y sus problemas

  • Cómo superar los problemas de tiroides; Jeffrey R. Garber. Ed. Robinbook
  • Tiroides; Rafael Yturriaga. Ed. McGraw-Hill