La gripe común y la mononucleosis infecciosa tienen muchas características en común. Ambas enfermedades son infecciones virales comunes que cursan con síntomas como fiebre, dolor de garganta y dolores corporales. Además, el cansancio extremo es también un síntoma común en la mononuclesosis infecciosa y la gripe.

Conviene saber si el cuadro está causado por una gripe o por la la mononucleosis infecciosa, ya que estas dos enfermedades son causadas por dos tipos diferentes de virus. Mientras que la gripe es causada por el virus de la influenza, el que hace provoca el daño en el caso de la mononucleosis infecciosa es el virus de Epstein-Barr, de la familia de los virus que causan el herpes labial y la varicela.

¿Qué es la mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso?

La mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso es una infección causada por el virus de Epstein-Barr. Se estima que el 95% de los adultos han pasado la infección, que ataca varias áreas del cuerpo, incluidos los linfocitos. Los linfocitos son parte del sistema de defensa del cuerpo y también se conocen como glóbulos blancos.

El virus de Epstein-Barr es altamente contagioso y se transmite a través del contacto con la saliva, lo que también le ha valido el nombre de enfermedad del beso.

Los jóvenes se ven cada vez más afectados por la infección. Aunque la mononucleosis infecciosa es potencialmente peligrosa, el curso de la enfermedad varía mucho en función de la edad y del estado del paciente. Los niños pequeños, por ejemplo, a menudo solo muestran síntomas parecidos a los del resfriado. En los adultos la intensidad de la infección es mayor.

Síntomas de la mononucleosis infecciosa

La mononucleosis infecciosa se asocia con dolor de garganta, fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos. En el 50% de los casos, la enfermedad ocurre junto con la amigdalitis y generalmente se prescriben antibióticos. Sin embargo, la amigdalitis no es un síntoma de la enfermedad viral.

Los síntomas típicos que se presentan son:

  • Fiebre
  • Dolor de garganta y dolores corporales
  • Inflamación de los ganglios
  • Malestar general
  • Cansancio

¿Cuánto dura una munonucleosis?

Dado que pueden pasar hasta siete semanas entre la infección y el inicio de la enfermedad, es difícil decir exactamente cuánto tiempo durará. En la mayoría de los casos, la enfermedad suele durar entre dos y seis semanas. El curso es agotador, porque la sensación de cansancio puede llegar a ser extrema, pero no suele tener mayores consecuencias.

No existen medicamentos para la mononucleosis infecciosa. Solo se pueden tratar los síntomas. Sin embargo, esto es suficiente en la mayoría de los casos, ya que el cuerpo controla la infección.

¿Por qué la mononucleosis puede ser peligrosa?

En casos muy raros, la mononucleosis infecciosa puede tomar un curso inusual: puede provocar encefalitis, inflamación del hígado o del bazo. En estos casos se requiere ingreso hospitalario.

También existe el riesgo de un curso crónico. En este caso los síntomas pueden mantenerse durante meses o años. La inflamación de los ganglios linfáticos permanece. Si el bazo está inflamado, existe un riesgo de ruptura del bazo, por lo que se debe evitar el esfuerzo físico intenso.

En los casos extremos, el bazo puede romperse y producir un dolor agudo y repentino en el costado izquierdo de la parte superior del abdomen. Si sientes un dolor así, busca atención médica de inmediato, ya que es posible que necesites cirugía.

Mononucleosis: tratamiento

No hay terapia con medicamentos. Para una rápida recuperación de la enfermedad se debe descansar y beber mucho. Si es necesario, se pueden usar analgésicos y antipiréticos para aliviar las molestias

La medicina es impotente ante este problema. No hay fármacos eficaces contra el virus y los síntomas son causados por la reacción inmunitaria. Solo queda esperar hasta que el sistema inmunitario vuelva a la normalidad por sí solo.

Dado que la mononucleosis infecciosa exige mucho de nuestro sistema inmunológico, la persona afectada se vuelve más vulnerable a otras infecciones, como resfriados o virus de la gripe, incluso después de que la enfermedad haya remitido.

Es por eso que a las personas que sufren mononucleosis infecciosa les conviene fortalecer su sistema inmunitario.

Tratamiento natural

  • Conviene hacer gárgaras con agua salada.
  • El astrágalo (Astragalus membranous) ayuda a que el sistema inmunitario recupere el equilibrio.
  • La equinácea (Echinacea purpera) también puede ayudar: tome una cucharadita de tintura en agua cuatro veces al día o dos cápsulas de extracto liofilizado cuatro veces al día hasta que desaparezcan los síntomas.

Mitos y rumores sobre la mononucleosis infecciosa

Existen todo tipo de rumores sobre la mononucleosis infecciosa. Se dice que conduce a la impotencia y a la caída del cabello y que incluso favorece el desarrollo de la esclerosis múltiple.

Mononucleosis y esclerosis múltiple

Todas estas afirmaciones no están probadas. En el caso de la esclerosis múltiple, un estudio reciente de la Universidad de Harvard ha comprobado que entre los pacientes con esclerosis múltiple, la proporción de personas que ha pasado la mononucleosis es mayor que en la media de la población, pero esto no quiere decir que exista una relación causal.

Como mucho, se puede decir que las personas que han pasado una mononucleosis tienen un riesgo algo mayor de sufrir esclerosis múltiple, pero esto no es muy significativo teniendo en cuenta que el 95% de la población ha pasado por una mononucleosis.

¿Es bueno comer helado?

Tampoco es cierto que haya que comer mucho helado si tienes mononucleosis infecciosa. Sin embargo, el frío ayuda contra la inflamación de la garganta, por lo que no es una desventaja comer helado de vez en cuando para refrescarla.

Sin embargo, no debes alimentarte de él durante la enfermedad. El sistema inmunitario necesita todo el apoyo que pueda obtener. Una dieta equilibrada y rica en vitaminas con mucha fibra es importante.

Ante cualquier sospecha de tener mononucleosis hay que acudir al médico de cabecera para que diagnostique la enfermedad mediante la toma de una muestra de sangre.