Viruela del mono (VM) o viruela símica. Quizá hasta ahora nunca habías escuchado hablar de esta viruela, ni de la “antigua” viruela. Esta se llama así porque se puede pasar de animales, como los monos, a humanos.

Ahora estamos escuchando hablar de ella porque, a pesar de ser una enfermedad vírica endémica en ciertos países de África, a mediados de mayo de 2022 nos enteramos de que se estaban dando casos de viruela del mono también en países donde normalmente no se produce esta enfermedad.

En este artículo vamos a responder a todas tus preguntas respecto a la viruela del mono. Y quizá a la más importante de todas: ¿Qué puedo hacer yo para protegerme de esta viruela? Toc, toc: La sensatez llama a la puerta.

Qué es la viruela del mono

El primer caso de viruela del mono se conoció en 1970. El virus de la viruela del mono afecta principalmente a monos, ardillas, roedores, lirones y otros animales. Tengamos en cuenta que los roedores son muy numerosas en el mundo, algunos se tienen como mascotas y pueden transmitir diversas enfermedades a humanos. Una vez que la enfermedad ha saltado de animales a humanos, puede transmitirse entre humanos.

En los lugares donde es más común la viruela del mono se manifiesta con una variedad de síntomas de diferente envergadura. Se inicia como un cuadro febril común con malestar, fiebre, dolor corporal, dolor de cabeza.

Evoluciona con ganglios hinchados y lesiones con ampollas en la piel sobre todo en manos, pies, cara, labios, boca y órganos genitales. Generalmente, la viruela del mono evoluciona favorablemente. Estos nuevos casos se manifiestan, en su mayoría, de forma más leve a como lo hace en los países endémicos.

Algunas personas por debilidad o inmunodeficiencia pueden manifestar la enfermedad de forma más grave, como explicamos más adelante.

Síntomas de la viruela del mono o viruela símica

Los síntomas de la viruela del mono se clasifican en grupos para una mejor evaluación y tratamiento:

  • Tipo (A): El inicio asemeja un cuadro febril común: fiebre (temperatura mayor de 38º), escalofríos, fatiga intensa, cefalea o dolor de cabeza, mialgia o dolor muscular general.
  • Tipo (B): Ganglios linfáticos hinchados en cuello, ingles, axilas.
  • Tipo (C): Unos 3 días después del inicio (A) comienzan a aparecer las lesiones típicas en la piel, principalmente en: cara, labios, boca, párpados, palmas de las manos y plantas de los pies, en brazos, piernas, y en los órganos genitales. Las lesiones presentan una evolución desde que se muestran como mácula o mancha, evolucionando a pápula, vesícula, pústula con pus y, finalmente, la formación de una costra.

Cuánto tarda en manifestarse y en curarse

El periodo de incubación, es decir, el tiempo que pasa desde el contagio hasta que se inician los síntomas puede ser de 5 a 21 días. No parece que pueda haber contagio en el periodo de incubación.

La duración habitual de la enfermedad desde los primeros síntomas se encuentra entre 2 y 4 semanas.

La evolución suele ser buena, sin complicaciones. Un tratamiento adecuado ayuda a que no haya secuelas y la recuperación sea favorable.

Sin embargo, aunque la viruela del mono no es grave en la mayoría de los casos, es muy importante tener en cuenta que si una persona con complicaciones previas se contagia, para ella podría ser grave. En los países endémicos, los niños y los recién nacidos, las personas mayores están entre los grupos de riesgo con una evolución grave.

Cómo se contagia la viruela del mono

  • De animales a personas, por contacto con animales enfermos.
  • De persona a persona.
  • Este virus “necesita” un contacto entre las personas estrecho, cercano, prolongado: piel con piel, cara con cara, boca con piel, de cierta duración, como durante juegos, cuando nos abrazamos, al dormir juntos o en las relaciones íntimas.
  • Por contacto con lesiones y fluidos de la persona enferma:
    • Saliva.
    • Secreciones y gotículas respiratorias.
    • Contacto con lesiones en piel y mucosas (boca, labios, área genital, perianal, respiratoria, vaginal).
    • Semen, posiblemente.
    • Fomites (utensilios o materiales contaminados): vasos, cubiertos, ropa y ropa de cama.

Cómo prevenir la viruela del mono

El contagio entre personas se produce por contacto directo y prolongado “piel con piel”, “cara con cara”, “boca con piel” con las heridas y con fluidos, ropa, ropa de cama y utensilios de una persona enferma como explicamos detalladamente en este artículo.

El autocuidado implica evitar estar en contacto directo y prolongado con una persona enferma, evitar las relaciones íntimas con una persona enferma o con síntomas.

La higiene esencial como lavado de manos, usar mascarilla y guantes desechables para manipular ropa o utensilios. Mantener relaciones íntimas con protección siempre es una buena idea máxime si son desconocidos, ya que se pueden transmitir muchas enfermedades.

Es crucial cuidar tu sistema inmunológico pues es el te va a defender: mantener tus defensas en buen estado es crucial para lidiar con cualquier microorganismo. Llevar un estilo de vida saludable, evitar los efectos del estrés excesivo, dormir bien, y la ayuda de ciertas plantas, hongos y nutrientes te pueden ayudar minimizar el curso de la enfermedad en caso de contagio conseguir una buena recuperación..

Si estás vacunado contra la viruela la protección frente a la VM es del 85%, por lo que los mayores de 45-50 años, según los países, que están vacunados frente a viruela disponen de esta protección. No obstante, la viruela del mono es una enfermedad que se incluye entre las de declaración obligatoria, si has estado en contacto con alguien enfermo o tú lo estás, sigue las instrucciones de tu país al respecto.

10 Medidas destacadas en la prevención personal y global

  • Evita los contagios de animales a personas. Si encuentras un animal muerto, o no sabes si está enfermo, no lo toques sin guantes ni mascarilla: llama a emergencias.
  • Evita el contacto con personas contagiadas.
  • Diagnóstico temprano de las personas enfermas. Consulta ante la menor sospecha. Recuerda que puedes contagiar a otras personas y también a tus mascotas.
  • Si viajas a lugares endémicos y tomas comida de origen animal procura que esté bien cocinada.
  • Busca atención veterinaria si algún animal o mascotas presenta síntomas de enfermedad o si han estado en contacto con animales contagiados:
  • Si estás enfermo, evita el contacto con otras personas y con animales. Tus mascotas podrían enfermar.
  • Cuídate. El tratamiento adecuado permite acortar la duración y severidad de la enfermedad, disminuye el tiempo en que puedes contagiar a otros..
  • Respeta la higiene esencial tanto personal, como de mascotas y entornos. Usa guantes y mascarillas si has de limpiar o lavar ropa de personas o de tu mascota enferma.
  • Lava la ropa de la persona enferma (toallas, sábanas, funda de colchón, mantas…) con detergente y en un programa con agua caliente 60º. Usa lavadora mejor. Si no tienes, usa agua caliente (sin quemarte), ponte guantes y usa jabón. Igual para la ropa o las mantas de tu mascota.
  • Lava los utensilios que utilice la persona enferma (platos, cubiertos...) con agua y jabón. Mejor usa el lavavajillas.

15 Ayudas naturales y de estilo de vida para una protección inmune optimizada

  • Cuida tu sistema inmune.Es quien siempre va a lidiar con un virus, reparar tejidos y recuperarte.
  • Respeta las normas de higiene esenciales.
  • Protégete en tus relaciones íntimas.
  • Duerme bieny suficientes horas.
  • Lleva una dieta saludable. Da prioridad a las frutas y verduras por su gran riqueza en vitaminas, minerales y otras sustancias activas. Los colores de los vegetales aportan agentes bioactivos que normalmente tienen acción antimicrobiana, modulan inflamación, reparan tejidos, son antioxidantes y coadyuvantes del sistema inmune. Las proteínas de alto valor biológico son muy importantes para disponer de fortaleza y de enzimas que nos ayudan a obtener energía.
  • Incorpora en tu dieta plantas, alimentos y hongos medicinales con acciones reguladoras del sistema inmune, antimicrobianas: por ejemplo: reishi, rhodiola, maitake, seta de cardo, shiitake, salvia, astrágalo. Cocina con ellos o utiliza complementos nutricionales de confianza.
  • Aprovecha los aceites esenciales.Cocina con especias y plantas ricas en aceites esenciales que pueden ser antivirales, por ejemplo, menta, orégano, salvia, canela, jengibre, tomillo. Las compresas con infusión de manzanilla o de menta ayudan a calmar el picor y son antisépticas.
  • Incorpora prebióticos y probióticos en tu dieta como fermentados y/o como complementos nutricionales, así ayudas a las microbiotas de las mucosas y de la piel.
  • Mantén una actividad física regular. Un cuerpo entrenado responde mejor a las demandas de protección en caso de infecciones. La fuerza también importa.
  • Aprende a lidiar con el estrés. El estrés excesivo es proinflamatorioy puede disminuir la actividad antiviral. Medita, relájate 10 minutos al día.
  • Ten un hobby. Por mucho que te guste tu trabajo: haz otra cosa. Desconecta y resérvate tiempo libre.
  • Haz un detox. Es muy importante, haz detox al menos dos veces al año en los cambios de estación.
  • Comparte con tus seres queridos.
  • Agradece. Cada mañana es un regalo de la vida. No des nada por hecho.
  • Sonríe, tu cerebro cree que eres feliz y todo el cuerpo así lo percibe.