Cuando vamos de visita enseguida nos damos cuenta de si el espacio nos sienta bien o nos incomoda, pero a menudo no sabemos decir por qué. Hay neurocientíficos que investigan cuáles son las características de los espacios interiores agradables, que favorecen la relajación, la tranquilidad o la concentración.

El gusto personal y la intuición son las herramientas que utilizamos para amueblar y decorar nuestras casas y lugares de trabajo. Está bien, pero vale la pena tener en cuenta lo que los científicos han descubierto. Con experimentos cuidadosamente controlados que miden las reacciones fisiológicas y psicológicas, pueden determinar los efectos de los elementos de diseño sobre el cerebro y el cuerpo.

La decoración puede mejorar la salud

La importancia de la decoración de interiores va más allá del placer estético. El diseño puede mejorar el estado de ánimo, reducir la presión arterial e, incluso, disminuir el riesgo de desarrollar trastornos neurológicos degenerativos, explica David Robson, autor de The Expectation Effect: How your mindset can transform your life, en la revista New Scientist.

Los experimentos en adultos y niños han demostrado que los entornos que estimulan la atención inconsciente permiten que las partes del cerebro responsables de la atención dirigida descansen y se recuperen. Es la teoría de la atención restaurativa. “Los efectos son similares a los de la meditación”, dice John Spengler, profesor de salud ambiental y vivienda humana en la Universidad de Harvard.

Trucos de decoración para favorecer la relajación y el bienestar

¿Cómo se estimula la atención inconsciente? La evolución biológica a lo largo de miles de años ha hecho que las imágenes y sonidos relacionados con la naturaleza nos resulten familiares y fascinantes.

Muchos estudios prueban la eficacia de las imágenes de naturaleza. Los pacientes de hospital cuyas habitaciones dan a entornos naturales necesitan menos analgésicos y dejan el hospital antes que aquellos cuyas ventanas dan a una pared de ladrillos, por ejemplo.

Los estudiantes que pueden ver espacios exteriores verdes se concentran mejor que los que se enfrentan a edificios o paredes desnudas.

1. Detalles que recuerden a la naturaleza

Si no tienes la fortuna de vivir o trabajar en un edificio con grandes ventanales y rodeado de jardines, prados o montañas, puedes recrear la naturaleza en el interior.

En la práctica, podemos rodearnos de plantas, de papeles pintados con un follaje realista, cuadros con escenas de la naturaleza, esculturas que reproducen árboles o animales, y sonidos de cantos de pájaros y cascadas de agua.

2. Poner madera natural por todas partes

Los muebles de madera natural o las paredes forradas de paneles de madera son preferibles a las superficies blancas o de colores uniformes. Un estudio dirigido por Xi Zhang, de la Universidad Jiao Tong en Shanghai (China), ha comprobado que una decoración con texturas naturales hace que te sientas más feliz y menos cansado.

La madera tiene cualidades especiales. Tocarla disminuye la presión arterial en comparación con el aluminio y el plástico, que tienden a aumentarla. Hasta el olor a madera resulta relajante.

Por otra parte, los muebles de madera natural no contienen pegamentos que puedan desprender compuestos volátiles potencialmente dañinos, como ocurre con los contrachapados.

3. Espacios amplios y diáfanos

Nos gustan y nos sientan bien los espacios abiertos. En casa, podemos tirar paredes si no son necesarias y no colocar los muebles de manera que obstaculicen la vista. A la vez, nos gustan los rincones donde nos sentimos protegidos. Según los neurocientíficos, estas preferencias son el resultado de haber vivido durante miles de años en la sabana, donde oteábamos el horizonte en busca de novedades.

Oshin Vartanian, psicólogo e investigador en la Universidad de Toronto (Canadá), explica que los espacios pequeños y cerrados producen una mayor actividad en la corteza cingulada media anterior del cerebro, que responde a las amenazas. En cambio, los espacios diáfanos activan las áreas del cerebro involucradas en la exploración visual y un estado mental mucho más relajado.

4. Apostar por el orden en vez de caos

Otro aspecto a tener en cuenta es el orden. Aunque los estudios no son concluyentes, parece que los espacios bien ordenados y organizados, con simetrías y repeticiones en lugar de caos, pueden favorecer la eficiencia en el trabajo e, incluso, una mejor alimentación. El desorden se asocia con la procrastinación y alteraciones en los hábitos (aunuque cierto desorden puede estar relacionado con la creatividad).