Cuando se habla de las vacaciones y de cual es el lugar que ofrece más posibilidades de relajación los gustos se muestran muy divergentes. Para algunos, no hay nada mejor que contemplar los majestuosos valles y paisajes desde el mirador de una montaña.

Otros se sienten más atraídos por el infinito horizonte azul, las olas y la arena. Además de la relajación, mar y montaña tienen muchas cosas que ofrecer para potenciar la salud. Sin embargo, más allá de los gustos personales, existen otras razones que pueden hacernos decantar por un destino u otro: nuestra salud. Algunas alteraciones de salud se benefician más de unas vacaciones en el mar, mientras que otras mejoran en la montaña. Te lo contamos.

Cuándo conviene hacer vacaciones en el mar: beneficios

La brisa, la radiación solar, la salud, el calor y la humedad que se dan cerca del mar constituyen una combinación única. Esta combinación de factores es especialmente oportuna para personas que sufren determinadas alteraciones de salud.

  • Personas con problemas respiratorios. Al pasear junto al mar respiras el aerosol marítimo que contiene gotas de agua salada, que penetran en la nasofaringe hasta los alvéolos donde contrarrestan muchos síntomas de las enfermedades respiratorias, como asma, bronquitis crónica o sinusitis.
  • Personas con problemas cutáneos. Los efectos positivos de la sal también se reflejan en la piel. Ni siquiera tienes que ir a nadar para beneficiarte. Durante una caminata, se acumulan hasta dos gramos de sal en la piel con efectos antiinflamatorios. Las personas con enfermedades de la piel como eccema, dermatitis atópica o psoriasis pueden beneficiarse especialmente.
  • Personas alérgicas. Las personas alérgicas también se benefician del hecho de que el aire junto al mar es pobre en polen y otros contaminantes, lo que les proporciona cierto alivio.
  • Personas con hipertensión. En verano, el mar Mediterráneo, con vientos ligeros y temperaturas muy cálidas resulta esencialmente relajante y favorece la reducción de la tensión arterial. En cambio, en invierno o cerca de un mar frío, como el Atlántico, el efecto resulta estimulante, y puede aumentar algo la tensión.
  • Personas con una salud delicada. Finalmente la radiación del sol desencadena la formación de vitamina D, que regula la inmunidad.

Cuándo conviene hacer vacaciones en la montaña: beneficios

La altitud respecto al mar explica buena parte de los beneficios de permanecer en las montañas. Algunos deportistas se entrenan por encima de los 2.000 metros de altitud porque al reducirse la concentración de oxígeno el cuerpo reacciona con una mayor absorción de oxígeno, una mejor circulación sanguínea en los pulmones y un aumento de las defensas. En terminología médica, este efecto se llama "eritropoyesis".

El número de glóbulos rojos aumenta significativamente y las células sanguíneas transportan oxígeno de manera óptima hacia los tejidos. En consecuencia el cuerpo experimenta un notable fortalecimiento.

  • Personas alérgicas o con problemas respiratorios. Cuanto más alto llegues, más puro y saludable es el aire, pues la concentración de contaminantes disminuye con cada metro de altitud. Esto beneficia a las personas alérgicas y a las personas con problemas respiratorios, ya que el polen, los ácaros del polvo doméstico, el moho y otros alérgenos se reducen significativamente. Una altitud de más de 1000 metros es ideal.
  • Personas con problemas de insomnio. El clima de alta montaña es estimulante y puede resultar estresante para las personas que sufren enfermedades cardiovasculares. La frecuencia cardiaca y la tensión arterial aumentan en la montaña. Para las personas que no sufren este tipo de problemas, la montaña mejora la calidad y la duración del sueño.
  • Personas con enfermedades cutáneas y pulmonares crónicas y recurrentes. El clima en las montañas es especialmente recomendable para las personas que sufren este tipo de problemas de salud.