Dicen que el ser humano se acostumbra a vivir, por extremo que este sea, en cualquier tipo de ambiente. Si repasamos la historia de la humanidad, así lo comprobamos. Los seres humanos han recorrido y poblado el planeta, llegando a asentarse en zonas de clima tan hostil como puedan ser desiertos abrasadores o llanuras heladas.

El instinto de supervivencia de las personas, de la mayoría, es muy potente. Nos adaptamos, aguantamos y sobrevivimos bajo cualquier circunstancia, incluso aunque esta no sea ni propicia ni agradable.

Por qué nos acostumbramos a vivir sufriendo

Muchas de las personas que llegan a mi consulta, lo hacen tras soportar, durante largos años, una inmensa carga de sufrimiento y malestar. Durante casi toda su vida, han estado conviviendo, permanentemente, en un ambiente de sufrimiento y dolor.

Estaban acostumbradas. Lo sentían como normal en sus vidas y, aunque les hacía sufrir enormemente, el pensar en un posible cambio, o bien no era una variable que se plantearan, o bien les generaba aún más temor.

Estas personas estaban inmersas en lo que llamo el bucle del malestar.

Sentían dolor, sufrían, pero su instinto de supervivencia les había empujado a acostumbrarse y adaptarse a este malestar.

No eran felices ni vivían bien, solo sobrevivían. El dolor, eterno y persistente, siempre les acompañaba.

Consejos para salir del bucle del dolor

Romper la inercia de la costumbre es muy difícil. Sin embargo, es posible. Las personas que vienen a terapia lo logran. Cuando dieron el primer paso para pedir ayuda, comenzó su cambio.

Romper el bucle del malestar es complicado, pero no imposible. Estas personas de las que te hablo llegaron a un punto en sus vidas en el que su dolor era más insoportable que la fuerza de la costumbre. En ese momento, decidieron que el cambio era necesario para sobrevivir o, aún mejor, para comenzar a vivir de verdad.

Estas personas buscaron ayuda y yo les di las herramientas necesarias para liberarse de su dolor. En su terapia descubrieron que, durante años, habían vivido atrapadas en un bucle de dolor y su sufrimiento.

Si tú también estás atrapada en un bucle de dolor, te aseguro que puedes salir de ahí. Para comenzar a dar los primeros pasos de tu cambio, te dejo estos consejos.

  • Fijarse en los síntomas

El malestar o el dolor, tanto físico como emocional, es un aviso de tu mente/cuerpo para que cambies. Si algo te hace daño, no es bueno para ti y tienes que buscar la forma de alejarte de aquello que te afecta.

  • Decidir frenar esta inercia

Si no se hace nada por cambiar, el malestar continuará aumentando y limitándote, cada vez más, en tu vida. ¿Sientes malestar? Entonces necesitas realizar cambios en tu vida. Cuanto antes te pongas en marcha, antes saldrás del bucle.

  • Detectar los disparadores de la negatividad

Si te observas, seguro que puedes detectar cuáles son las situaciones o los pensamientos que disparan la negatividad y te hacen seguir atrapada en el bucle. Cuanto mejor los puedas identificar, más fácil será luchar contra ellos para cambiarlos.

  • Pensar en el origen del bucle

Por lo general, estos bucles tuvieron algún tipo de beneficio en su origen, tiempo atrás. Puede que te evitaran ser castigada o regañada, que te ayudaran a escapar de los conflictos o que te proporcionaran el cuidado o la atención que necesitabas.

La diferencia con el presente es que los efectos secundarios limitantes son mucho más poderosos que los posibles beneficios. Plantéate si este bucle tiene algún beneficio en la actualidad o si únicamente te tiene encerrada en el malestar.

  • Visualizar los beneficios de un cambio

Piensa en cómo te gustaría sentirte si te liberases de tu bucle de dolor. Imagina todo lo que podrías hacer o cómo te gustaría reaccionar frente a esas situaciones concretas. Evidentemente, se necesita mucho trabajo para poder cambiar, pero comenzar a pensar sobre ello es una forma de romper el ciclo negativo y proyectar los cambios deseados.

  • Confiar en que siempre se puede cambiar

Aunque pueda parecer que el bucle es eterno y que no hay salida, la realidad es que siempre se pueden encontrar formas de romper con las rutinas negativas. Si sientes que sola no eres capaz, busca asesoramiento profesional, una persona especialmente preparada para ayudarte a salir del bucle.