Vivimos tiempos de cambios profundos y la capacidad de adaptación es básica para vivirlos con serenidad y mantenerse fuerte. La sociedad nos lleva a no tener hábitos de alimentación y sueño saludables y eso debilita el sistema inmunitario.

Para activarlo es preciso estar preparado para mantener el equilibrio del cuerpo y de la mente frente a los cambios. El taichí, por sus beneficios para el cuerpo y la mente, es un gran aliado para lograrlo.

cómo subir las defensas con tai chi

Los elementos más importantes del taichí y la medicina china son la atención y la imaginación. Allí donde las ponemos, todo florece, y donde las quitamos, mengua o se angosta.

Nuestra atención es capaz de obtener el equilibrio de nuestras defensas con el mundo exterior a través de la relajación, y esta la favorecemos trabajando con la respiración:

  • Primero observaremos nuestra respiración sin querer controlarla, teniendo en cuenta si se produce una pausa entre la espiración y la inspiración. Lo hacemos durante cinco respiraciones.
  •  Seguidamente, percibiremos que la respiración se refleja en el tronco, el cual expande una de sus partes al inspirar y la mengua al espirar. Primero notaremos cómo se expande la parte anterior del tronco y después percibiremos que esta expansión se realiza también hacia los dos costados y hacia arriba y hacia abajo.
  • A partir de ahí, se abrirá el espacio respiratorio y su apertura nos traerá relajación y ayudará a reequilibrar nuestras defensas.

El chi, la energía que equilibra el sistema inmunitario, se mueve con atención e imaginación.

Un segundo paso para subir las defensas es tratar de imaginar el camino de la gravedad que actúa sobre el cuerpo y la mente.

La gravedad es la fuerza terráquea que nos define y conforma nuestros órganos y nuestro quehacer en la vida. Como toda fuerza, tiene dos direcciones: la que nos atrae hacia la tierra y la que nos proyecta hacia el cielo. Por ello:

  • Intentaremos imaginar desde la pelvis el camino que marca la gravedad al atraernos con su fuerza hacia el centro de la tierra.
  • Luego trataremos de imaginar el camino contrario que nos mantiene firmes y nos da soporte hacia el cielo.
  • Viéndonos entre la tierra y el cielo nos regalamos el espacio que hay entre los dos y le damos al cuerpo una imagen de amplitud, generosidad y serenidad. Nuestras células recibirán el mensaje y las defensas volverán al camino del equilibrio.

Ejercicios de tai chi que te fortalecerán

El tai chi se realiza lentamente y con extrema suavidadPractica a diario o cada dos días en un lugar agradable y siempre en el mismo, pero, sobre todo, siente el aire que mueves con las manos e imagina las figuras que creas.

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1. El círculo sanador

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1. El círculo sanador

Ponte de pie abriendo las piernas a la altura de los hombros o más y balancea despacio los brazos de izquierda a derecha.

Haz un círculo completo aprovechando el movimiento. Pasa por la pelvis, sigue hacia la derecha y pasa brazos y manos sobre la cabeza. Repítelo tres veces.

Realiza el mismo círculo, pero con las piernas dobladas ligeramente por las rodillas, así te desplazarás a la derecha cuando el círculo vaya hacia la derecha, y a la izquierda, cuando vaya hacia la izquierda.

Si te sientes cómoda con el centro de gravedad, dobla más las rodillas.

2. Favorecer el intestino

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2. Favorecer el intestino

Parte de la postura anterior y balancea los brazos de un lado a otro.

Deja el brazo derecho a la derecha y, sin tensar los codos, lleva el brazo izquierdo hacia la izquierda. Coloca el peso sobre la pierna derecha y la mirada hacia la mano derecha.

Cambia de lado, repite tres veces y siente la energía moverse de una mano a otra. Baja los brazos.

3. Energía protectora

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3. Energía protectora

Colócate de pie, con las piernas separadas a la altura de los hombros, y frota las manos hasta notar calor en las palmas.

Coloca la mano izquierda en el centro de la pelvis con la palma mirando hacia la de la mano derecha, que estará situada a la altura del pecho. Imagina que aguantas una bola de aire y lleva la mano izquierda hacia delante y arriba, y la derecha, hacia abajo y al costado.

Cambia el sentido de las palmas de las manos y lleva la de la mano izquierda hacia el centro del pecho mirando la de la mano derecha, que estará colocada en la pelvis hacia arriba.

Haz el movimiento al revés y repítelo seis veces.

4. Regenerar la fuerza

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4. Regenerar la fuerza

Da un paso hacia delante (primero pequeño y cómodo, ya irás avanzando con la práctica) a la vez que recoges las manos por delante, juntas las palmas y las llevas hacia arriba.

Mantén el abdomen hacia arriba y hacia dentro y en la espalda deja abiertas las lumbares y las cervicales.

Da un paso atrás y vuelve a colocar de nuevo las manos a los lados.

Repite con la otra pierna. Observa la energía desplazarse cuando subas y bajes los brazos.

5. Activar las defensas

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5. Activar las defensas

Sigue de pie y recoge las manos por delante como si sostuvieras una bola de aire.

Da un paso hacia delante con el pie derecho, lleva arriba la mano derecha y baja la izquierda. Siente la energía cómo sube por la mano derecha y se proyecta hacia el cielo, y la de la mano izquierda, hacia la tierra. Gíralas para que las palmas se miren.

Baja la mano derecha a la altura del pecho y la izquierda hasta la pelvis. Retrocede con la pierna derecha.

Realiza el ejercicio inverso y repite tres veces.

6. Purificar energía

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6. Purificar energía

Sentada en el suelo o en una silla, recoge la mano derecha sobre la izquierda como si tuvieras un cuenco a la altura de la pelvis.

Lleva la mano derecha arriba por el centro del tronco con la palma mirando hacia la izquierda.

Sigue hacia arriba y dibuja un círculo exterior hasta volver a la altura de la pelvis, colocando la mano derecha por debajo de la izquierda.

Estás lista para hacer el mismo círculo en sentido contrario con la otra mano.

Realiza tres círculos con cada una de las manos.