A menudo creemos que los conceptos de nutrición se aprenden en la escuela, en libros o en revistas. O, lo que es peor, siguiendo lo que dicen los anuncios.

Pero nuestros hábitos alimentarios se establecen en la infancia, copiando los de nuestros padres o a partir de lo que ellos nos dan de comer.

La alimentación, por tanto, es algo más adquirido inconscientemente que aprendido con voluntad. Por ello son tan difíciles los cambios alimentarios en la edad adulta.

Una dieta ovo-lacto-vegetariana es altamente saludable para los niños, ya que al evitar el exceso de grasas saturadas previene la mayoría de las enfermedades de la sociedad moderna.

Por su alto contenido en frutas y verduras reduce las posibilidades de padecer enfermedades degenerativas y cáncer. Con un aporte adecuado de grasas vegetales consigue también un excelente desarrollo del cerebro y de las facultades mentales.

Además, el vegetarianismo comporta en general hábitos saludables en el estilo de vida. Por ejemplo, el 95% de las familias vegetarianas opta por la lactancia materna hasta los 6 meses, mientras que en el resto de la población esta cifra baja al 20% o el 30%.

Un buen comienzo para una actitud vegetariana: ni la leche de vaca ni la de soja ni la de ningún otro vegetal pueden sustituir a la leche materna en los primeros meses de vida.

1. ¿Se puede prescindir de la leche de vaca?

Se puede prescindir de la leche animal, sustituyéndola por frutos secos y leches vegetales, que sin embargo no aportan tanto calcio.

Los lácteos, en cantidades moderadas, son sin duda un buen alimento infantil si no se es alérgico a la lactosa. Pero los niños en China y Extremo Oriente no toman leche y no por ello crecen mal.

2. ¿Se recomienda la leche de soja?

Los niños alérgicos a la lactosa deben tomar leche de soja, incluso en edades muy tempranas: sin embargo, en los bebés debe maternizarse, o sea, añadir algunos elementos nutritivos que la hagan más adecuada.

En niños de más de dos años sí se puede tomar leche de soja, aunque también de avena, arroz, almendras...

3. ¿Debe incluir huevos para ser equilibrada?

La dieta ovo-lacto-vegetariana es la más adecuada para los niños. Las proteínas del huevo se aprovechan en más del 90%: no en vano es el germen de una nueva vida.

Los huevos de buena calidad resultan excelentes en la alimentación infantil y ayudan de forma decisiva a equilibrar la dieta en lo que se refiere a su contenido proteico.

4. ¿Puede provocar déficit de hierro?

La dieta vegetariana es más rica en hierro que la omnívora (la fruta desecada, las legumbres, la yema de huevo o las verduras son buenas fuentes) pero el hierro vegetal se absorbe peor.

Se recomienda combinarlo con vitamina C(lentejas con zumo de naranja, etc.) y recurrir a algún suplemento de vitamina B12 y hierro.

Se ha especulado mucho sobre las posibles carencias proteicas y de minerales (hierro, calcio) en las dietas vegetarianas pero lo cierto es que aseguran un crecimiento y desarrollo intelectual óptimos si están bien equilibradas.

5. ¿El aporte proteico es suficiente?

Un niño necesita más proteínas por kilo de peso que un adulto pero sus necesidades no son tan altas como se cree.

Se encuentran buenas proteínas en lácteos, huevos, tofu, leche de soja, cereales o frutos secos. La combinación de cereales y legumbres forma una fuente de proteínas excelente.

6. ¿Qué alimentos resultan esenciales?

Todos los alimentos son esenciales, como las frutas y verduras, pero por la especial necesidad de proteínas y de un aporte adecuado de aminoácidos esenciales, lo son especialmente los cereales y las legumbres (juntos en un mismo plato), los frutos secos, el seitán o el gluten del trigo.

7. ¿Qué alimentos aportan calcio?

El sésamo y su pasta (llamada tahini) se encuentran entre los alimentos más ricos en calcio.

También está presente en cereales integrales, frutos secos, legumbres, tofu, verduras de color verde, leche de soja y todos los derivados lácteos.

Hay que tener en cuenta que se absorbe peor en presencia de gran cantidad de grasa.

8. ¿Los niños vegetarianos pesan menos?

Los niños vegetarianos adquieren una talla y un peso ligeramente inferiores que la media, aunque su ritmo de crecimiento se mantenga dentro de la normalidad. Estas diferencias no implican ningún riesgo para la salud.

Al contrario, un peso más bien ligero a la larga parece prevenir de enfermedades cardiovasculares o degenerativas.

9. ¿Qué beneficios aporta la dieta vegetariana a largo plazo?

Muchas de las enfermedades de la sociedad moderna, como el cáncer o los trastornos cardiovasculares, se empiezan a fraguar en la infancia.

Los niños vegetarianos consumen menos grasas y azúcares, y más fibra en la dieta, que son dos de las recomendaciones básicas para prevenir estas dolencias.

10. ¿Qué les gusta comer a los niños vegetarianos?

Como necesitan mucha energía les suelen gustar los dulces. Pero es mejor que eviten el azúcar, la bollería y los refrescos en favor de cereales, pasta, queso o frutos secos.

Algunos alimentos populares entre los niños son la granola, los frutos secos, la fruta seca, las hamburguesas vegetales, las galletas integrales y la miel.

Una clave dietética fundamental: la flexibilidad

Uno de los problemas que puede sufrir el niño vegetariano es la marginación en la escuela. La rigidez alimentaria, la prohibición de alimentos, etc. contribuyen a magnificar esta posible marginación.

Muchas veces, para que no se sienta apartado por la dieta y para que en el futuro pueda decidir si opta por una dieta vegetariana, puede probar también algún alimento no vegetariano.

Una transgresión dietética ocasional no implica una modificación sustancial de la dieta o de los beneficios derivados de ella, y por otra parte favorece la tolerancia y la amplitud de miras.