A la información del entorno que nos llega a través de los cinco sentidos aristotélicos (vista, oído, gusto, olfato y tacto), podemos sumarle la del sexto sentido.

Existen múltiples definiciones de este sexto sentido, y todas ellas coinciden en que capta aspectos de la realidad que si no existiese, nos pasarían desapercibidos por completo.

Explora tu sexto sentido 

¿Sientes que tienes un sexto sentido?, ¿qué aspectos de la realidad te aporta que sean diferentes de los que captas a través de la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto?

Para intentar dar respuesta a esa pregunta puedes hacer el siguiente ejercicio.

Imagínate (quizás te ha ocurrido en la realidad) que estás en el interior de una gran sala rodeada de muchas personas, piensas en una amiga a la que hace tiempo que no ves y, justo en ese momento tu teléfono suena y es ella quien te está llamando.

Te sorprendes y te preguntas cómo ha ocurrido esta coincidencia.

Ahora imagínate que, estando en la misma habitación, ocurre algo más que no entiendes: notas que una persona que está en la sala, pero que no ves, te está observando; además, una mujer que no conoces se acerca a ti e inmediatamente te das cuenta de que te cae bien.

¿En qué se basan todas estas percepciones y valoraciones? Solemos calificar estos ejemplos como percepciones extrasensoriales y dudamos de si son reales.

Sí, forman parte de tu percepción, pero las has obtenido a través de tu sexto sentido, un término aceptado por la Real Academia de la Lengua y que lo define como la capacidad de percibir de manera intuitiva lo que de ordinario pasa inadvertido.

La percepción extrasensorial es la base

La escritora Ursula Fortiz, en su libro El sexto sentido, define el sexto sentido como una percepción extrasensorial que, si se desarrolla de forma adecuada, puede ser utilizada para recibir información o establecer contacto con personas que se encuentran en lugares lejanos, más allá de la muerte o en otras dimensiones.

Imagínate que estás en medio de un prado de hierba, junto a un bosque cercano al mar. En un extremo se hallan los restos de una ermita ennegrecida por un antiguo fuego. En otro, manzanos silvestres con frutas caídas a sus pies.

¿Qué percibes a través de tus sentidos? El sexto sentido también permite percibir información sutil presente en la naturaleza, los edificios o los objetos que no puede ser medida con instrumentación física ni detectada por los cinco sentidos clásicos, pero que son captadas por nuestro organismo, influyendo en él, ya sea de forma positiva o negativa.

Es como si la información quedase grabada en el lugar, a modo de pendrive o un CD, y hubiera personas que pueden percibir los sufrimientos o sentimientos de otras personas que han estado antes allí, porque el cuerpo capta las energías sutiles del lugar.

Este tipo de reacción te hace ver lo que no ves a simple vista, te ayuda a sentir con todo el cuerpo lo que ocurre dentro de ti, como explica Laia de Ahumada en su libro, también titulado El sexto sentido.

¿Dónde se encuentra el sexto sentido?

El sexto sentido es un complemento a los cinco sentidos que describió Aristóteles hace dos mil quinientos años.

El gran filósofo griego, en su libro De anima ("Acerca del alma") definió los cinco sentidos clásicos: vista, oído, gusto, olfato y tacto.

Para él, cada sentido corresponde un órgano corporal asociado (ojos, oreja, boca, nariz y piel) y, cada uno de los sentidos proporciona a nuestra mente un "sensible propio".

La integración de todos ellos conforma lo que llamamos "realidad".

Aristóteles intuyó la existencia del sexto sentido, pero como no pudo asociarlo a ningún órgano corporal no lo describió.

Actualmente, científicos de la Washington University de St.Louis apuntan a que el órgano corporal asociado al sexto sentido está ubicado en la corteza cingulada del cerebro, en su parte frontal.

De manera similar, George Prat en su Precis cartesien de Geobiologie lo sitúa en el sexto chacra con igual ubicación. También llamado "tercer ojo", se le asigna como el órgano corporal que Aristóteles no identificó y que está asociado al sexto sentido.

El sexto chacra se ubica en el centro de la frente, y se le atribuye una energía femenina, así como ser un centro en el que rige la comunicación espiritual, la conciencia y la percepción.

Una inteligencia innata diferente de la intuición femenina

Desde niños ya disponemos de una forma de percibir que va más allá de los cinco sentidos, como una inteligencia innata para captar detalles que pueden pasar inadvertidos para los demás, incluso algunos que suenan a magia.

Decía Albert Einstein que la mente intuitiva es un regalo sagrado, y como tal, podemos potenciar y escuchar.

Aunque existe cierto paralelismo entre el sexto sentido y la intuición femenina (así llamada porque es más frecuente en las mujeres), son conceptos diferentes. La intuición femenina es un proceso mental subconsciente que se lleva a cabo a partir de experiencias previas. El sexto sentido, en cambio, es como ya hemos señalado, una percepción más del cuerpo.

La percepción que llega a través del sexto sentido puede ser recibida como una corazonada, esa primera impresión que surge espontánea y de dentro, fuerte y clara, aunque a menudo, queda acallada por el dominio de la lógica y la razón, por creencias preestablecidas que se han ido incorporando a través del sistema educativo

Personalmente, he tenido diversas experiencias con este sentir del cuerpo. Dos de ellas, muy positivas, tuvieron lugar bajo el altar de la catedral de Chartres y delante de la tumba de Miguel Ángel en la Santa Crocce de Florencia (esta última cuando tenía tan sólo dieciséis años).

Otra, más negativa, ocurrió en la cripta de la iglesia desacralizada del cementerio romano de Arles, en el sudeste de Francia.

Cómo entrenar y potenciar el sexto sentido

Podemos potenciar el sexto sentido, el que proporciona una visión más amplia de la realidad. Cuanto más potente sea tu sexto sentido, dispondrás de más información.

Diferentes obras de referencia nos pueden acompañar para cultivarlo, como el libroEducar la intuición. Desarrollo del sexto sentido, de Robin Hogarth, profesor que ha sentado las bases científicas necesarias para rastrear la intuición, con un análisis satisfactorio e innovador; y el libro La inteligencia intuitiva, de Malcolm Gladwell.

El sexto sentido se desarrolla especialmente entre los 40 y los 50 años de edad, cuando han quedado atrás la adolescencia y la primera juventud, como coinciden ambos autores y, aunque en su obra hay cierta confusión entre intuición femenina y sexto sentido, los consejos que aportan son válidos para ambos casos.

En la lista de consejos que nos ofrecen en sus libros para desarrollar el sexto sentido, destacan los siguientes:

  • Primero se trata de aceptar que tienes un sexto sentido y tener confianza en la información que te aporta, aunque no sepas cómo esa información ha llegado a ti.
  • Entrena el sexto sentido, como un músculo, estando atento y analizando las percepciones que sientes, las percepciones que te llegan. Por ejemplo: ¿por qué esa persona te cae bien o te cae mal? ¿Qué ha ocurrido antes en aquel edificio que te trasmite sensaciones positivas o negativas?
  • Date espacios para ti, para contactar de forma habitual con tu silencio y tu soledad y descubre tu voz interior.
  • Atiende a lo que te ocurre en los sueños, puedes escribirlos, y después, analizar qué información contienen.
  • Escucha tu cuerpo, sintoniza con él y ten confianza en tus "corazonadas".
  • Utilízalo, y vive las muchas dimensiones de la realidad. Seguramente cometerás algunos errores, también puedes aprender de ellos.