La higiene va más allá del propio cuerpo o la ropa, también se extiende a los espacios donde nos movemos y pasamos nuestro tiempo. La cama es seguramente donde pasamos más horas y nos interesa mantenerla bien limpia. 

1. No te apliques crema justo antes de acostarte

Muchas cremas contienen aceites y grasas. Si no dejas que se absorban antes de meterte en la cama, pueden transferirse a tu ropa de cama y producir manchas. Esto significa que estás desperdiciando productos para el cuidado de la piel en la tela, por así decirlo.

También podrías experimentar problemas en la piel, como acné o irritación, si te acuestas con crema fresca puesta. Ciertas grasas y aceites, que se encuentran a menudo en los productos cosméticos y de higiene, pueden obstruir la piel si no se expone al aire y puede "respirar".

El sudor secretado durante el sueño se mezcla con los aceites y se acumula en la superficie de la almohada sobre la que, por ejemplo, descansa tu mejilla.

2. No hagas la cama todas las mañanas

Sudamos mientras dormimos. Si haces bien la cama nada más levantarte por la mañana, atraparás la humedad en la cama. Los ácaros estarán muy agredecidos porque creas el ambiente ideal para que se reproduzcan. 

Por la mañana, retira la manta y déjala desplegada. Además, deja la ventana abierta durante el tiempo suficiente. Hay que darle a la cama la oportunidad de volver a secarse.

Por cierto,  irse a dormir con el pelo mojado tampoco es una buena idea. En primer lugar, es perjudicial para el cabello y, en segundo lugar, puede provocar infecciones por hongos en el cuero cabelludo.

3. Cambia la ropa de cama con suficiente frecuencia

Probablemente, la parte más importante y conocida de la higiene de la cama sea cambiar periódicamente la ropa de cama.

Dependiendo de cuánto sudes o de si te duchas por la mañana o por la noche, deberás cambiarla con diferente frecuencia. Hacerlo cada semana suele ser adecuado para la mayoría de las personas.

4. Lava el protector del colchón

Utilizando un protector de colchón puedes evitar que el colchón se ensucie con el sudor, la caspa y las células muertas de la piel. Puedes lavar el protector mensualmente si quieres mantenerlo en condiciones óptimas.

5. Lava las almohadas

Mucha gente piensa que no es necesario lavar una almohada porque limpias periódicamente la funda que entra en contacto con tu cuerpo. Pero, por supuesto, la ropa de cama tampoco es impermeable, por lo que, por ejemplo, la saliva y el sudor pueden acumularse en la almohada. Por ello, conviene lavarla una o dos veces al año.

6. limpia también el colchón

La situación con el colchón es similar a la de la almohada: la funda no lo protege completamente de la suciedad. Después de un tiempo, pueden acumularse en el colchón escamas de piel, pelo, sudor o ácaros del polvo. 

Sería recomendable limpiar el colchón al menos superficialmente y limpiarlo más profundamente cada uno o dos meses.

Cómo limpiar el colchón en seco:

  • Para eliminar la suciedad más gruesa conviene cepillar el colchón una vez al mes y aspirarlo con una aspiradora.
  • También puedes utilizar el bicarbonato de sodio dos o tres veces al año. Extiende el polvo sobre el colchón y déjalo actuar durante unas cinco horas. Luego simplemente aspira el polvo del colchón con una aspiradora. De esta forma, las manchas de sudor se pueden eliminar eficazmente.

Limpiar el colchón en húmedo:

  • Debes eliminar todas las manchas frescas inmediatamente. A menudo puedes hacer esto con agua, pero a veces no llegarás a ninguna parte con las manchas rebeldes. También en este caso puedes limpiar el colchón con bicarbonato de sodio.
  • O agregas un poco de agua al bicarbonato de sodio en polvo y haces una pasta concentrada, o sumerges un paño en una mezcla muy líquida de bicarbonato de sodio y agua.
  • En ambos casos, debes dejar que el bicarbonato de sodio actúe sobre la mancha durante unos 30 minutos antes de aspirar el bicarbonato de sodio ahora seco.

7. Voltea el colchón

Siempre que limpies el colchón, o incluso más a menudo, puedes aprovechar para darle la vuelta. Puedes intercambiar el lado de los pies con el lado de la cabeza y, en algunos modelos, el lado superior con el lado inferior.

  • Por un lado, esto evita que el cuerpo presione el colchón siempre en el mismo sitio y cree abolladuras.
  • Por otro lado, la parte inferior del colchón también proporciona una superficie fresca y libre de sudor.

Si los cuidas bien, los colchones de alta calidad pueden durar hasta catorce años. No conviene utilizarlos más tiempo por motivos de higiene.

8. Lava el edredón

También debes lavar el edredón al menos una vez al año. Antes de comenzar, verifica la etiqueta del edredón para obtener información sobre las instrucciones de cuidado. Allí podrás encontrar recomendaciones específicas sobre la temperatura del agua, el tipo de detergente y otras instrucciones.

Algunos edredones pueden requerir limpieza en seco, mientras que otros pueden ser lavados a máquina. En este caso, asegúrate de que tu lavadora sea lo suficientemente grande para manejar el edredón sin problemas. Si es muy grande, es posible que debas llevarlo a una lavandería profesional.