Bañarse en el mar es beneficioso para la salud. Los beneficios de bañarse en agua del mar se derivan de las propiedades físicas del agua y también del empuje que ejercen las olas y las corrientes marinas sobre el cuerpo. Un baño en el mar puede resultar beneficioso para el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el sistema digestivo. Como consecuencia de estas mejoras, el baño en el mar produce sensación de bienestar.

Te contamos por qué el agua del mar produce estos efectos positivos y de qué manera obtener todos los beneficios de un baño en el mar.

Por qué es bueno bañarse en el mar

Los beneficios de bañarse en el mar ocurren por la acción que ejerce en el organismo. Cada vez que te metes en el agua del mar ocurren estas reaccionesen tu cuerpo:

  • Vasoconstricción. La inmersión en el agua provoca un primer escalofrío, seguido de una vasoconstricción periférica y una vasodilatación interna. Ese primer frío pasa rápido, y más si uno se mueve activamente.
  • Vasodilatación. En una segunda fase se reactiva la circulación con una vasodilatación cutánea y constricción de los órganos abdominales y plexos venosos profundos, que se vacían de sangre y se descongestionan. También aumenta la combustión interna, que estimula la nutrición y las funciones digestivas. Los movimientos respiratorios se intensifican, se acelera la velocidad sanguínea y el sistema nervioso se tonifica, generando sensación de bienestar.
  • Ejercicio y masaje. El cuerpo sumergido en el mar experimenta una compresión y empuje notables. Al notarse menos el peso, se facilita el movimiento muscular y articular. Y las olas ejercen a su vez un verdadero masaje y obligan a trabajar los músculos.
  • Estimulación de las terminaciones nerviosas. Aparte del efecto tónico de los minerales que penetran por la piel, el agua estimula las terminaciones nerviosas cutáneas, y los cristalitos adheridos a la piel tras el baño prolongan el estímulo.

Cómo darse un baño curativo en el mar

Todos estos efectos se acentúan cuanto más fría está el agua –dentro de un límite–, menos dura el baño y más agitada está el agua. Si el baño se prolonga demasiado, se puede sobrepasar la capacidad termogénica y reguladora del organismo y quedar anulada toda acción beneficiosa.

  • La hora más favorable para el baño es la última de la mañana, y hasta las 18h, evitando el baño justo después de comer. Lo ideal sería hacer 2-3 días de aclimatación al ambiente costero antes del primer baño.
  • Haz ejercicio en el aguapara facilitar una buena reacción, pero sin fatigarte. Al salir puedes hacer carreras, saltos, unas respiraciones...
  • Sécate al aire para dejar las sales en la piel. Evita la toalla o la ducha inmediata.
  • La duración variará según la persona, el mar y el clima. En las curas de mar, se hacen 1-3 minutos en aguas frías y con aire fresco, y 15 o más en aguas calientes con sol intenso y poco viento; un baño diario, en series de 20-30 por cura.

Un paseo por la playa también es beneficioso

Los zapatos protegen a los pies de los suelos irregulares, la humedad, el frío o el calor pero al aislarnos del terreno que pisamos también nos privan del contacto directo con la tierra. Por ello, cuando las condiciones lo favorecen, sobre hierba o sobre arena, es bueno descalzarse y sentir el cosquilleo del roce en la piel, notar cómo la planta del pie toca la tierra y cómo esta última nos sostiene por efecto de la ley de la gravedad.

Llevar la conciencia a nuestros pies y a sus puntos de apoyo puede resultar muy placentero y devolvernos a la realidad del cuerpo que habitamos y que a menudo olvidamos por un exceso de actividad mental.

Caminar, y sobre todo correr, descalzo por la arena de una playa resulta especialmente beneficioso porque permite una correcta amortiguación del pie (es la arena la que se adapta a la forma de los pies, como se ve en las huellas que dejan).

A la vez, los paseos descalzos contribuyen a eliminar la electricidad estática que se acumula durante las horas pasadas frente al ordenador o pisando moqueta.

El agua fresca, si se camina a la orilla del mar, ejerce un efecto vasoconstrictor que estimula el retorno venoso y refresca en las horas de calor. Por otra parte, la piel absorbe las sales del mar cargadas de minerales benéficos.

A las personas que tienen los pies planos les convienen las orillas con pequeñas piedras, ya que fortalecen y masajean los pies, además de otorgarles flexibilidad.

Como los pies albergan puntos de reflejoterapia, las zonas que se perciban sensibles o dolorosas establecerán un contacto con los órganos con los que están relacionadas para regular su actividad.

Cómo dar un paseo saludable por la playa

El pie debe apoyarse como un trípode formado por el primer metatarsiano (el hueso donde nace el dedo gordo), el quinto metatarsiano (donde nace el dedo pequeño) y el centro del talón.

Hay que ser consciente de estos tres puntos de apoyo y mantener una marcha equilibrada, sin arrastrar los pies y tocando primero con el talón, luego con el antepié y finalmente con la punta de los dedos.