Obsérvate y respira
Cuando el día se tuerce toca cambiar de actitud. Antes que nada, el primer paso es reconocer en qué momento y lugar nos cambió el ánimo, darnos cuenta de qué es lo que nos puede haber afectado y en qué medida.
Después habremos de ponerle ganas de salir de ahí. Dos recursos de los que todos disponemos son la respiración y la organización del cuerpo con respecto a la tierra.
- Confía en la respiración. Obsérvala sin manipularla y verás cómo así mejora.
- Siente el peso del cuerpo. Nota cómo está distribuido y realiza un movimiento mínimo de péndulo de un lado a otro o adelante y atrás para advertir las partes del cuerpo que desde los apoyos se proyectan hacia el cielo.
Sentirás que ganas espacio y mejora tu ánimo. El día ¡cambiará para bien!