La creciente demanda de espacios para relajarse y cuidar la salud ha hecho crecer al sector de los balnearios y spas urbanos, que ofrecen cada vez más tratamientos destinados a proporcionar bienestar de forma lúdica: chocoterapia, vinoterapia, envolturas de algas, aromaterapia, masaje balinés, piedras calientes ...

Los centros combinan las últimas novedades, importadas de diversos lugares del mundo, junto con los métodos más tradicionales.

La variedad y amplitud de la oferta en Barcelona es tal que puede llegar a resultar difícil orientarse.

Spa en barcelona: tipos de tratamientos

Aquí presentarnos una pequeña guía de los tratamientos más habituales, que en el caso de los balnearios se aplican con agua mineromedicinal.

  • Bañeras. Las hay a temperatura corporal (Tepidarium), alta (Caldarium) y fría (Frigidarium). Las dos primeras, en las que se permanece unos diez minutos, tienen un efecto sedante, mientras que la fría se aconseja para un baño rápido estimulante de un minuto. Lo recomendable es alternar las temperaturas.
  • Chorros de agua. Pueden dirigirse hacia la zona lumbar, los glúteos, las pantorrillas, las cervicales... Se recomienda permanecer un minuto en cada chorro, ya que salen a gran presión. Producen un masaje relajante y circulatorio intenso.
  • Ducha circular. Alterna agua fría y caliente, rodea a la persona y está hecha con aros repletos de orificios por donde sale el agua pulverizada. Empieza a la altura de los pies y va subiendo hasta la cabeza. Luego desciende.
  • Ducha ciclónica. El agua emerge de manera cruzada a tres alturas diferentes: abdominal, de las vértebras lumbares y de las dorsales.
  • Pediluvio. Se trata de un pasillo semicircular de marcha acuática dividido en tramos de agua fría y caliente, que activan la circulación de las piernas.
  • Flotarios. Son tanques de agua que permiten flotar, conseguir un estado de relajación profunda y explorar el mundo interior. La persona permanece en completa oscuridad, en agua a unos 35 ºC a la que se ha añadido sales epson (sulfato de magnesio) para hacerla más densa. El ambiente evoca al del claustro materno. Se armoniza la conexión entre los hemisferios cerebrales y la ausencia de estímulos permite un estado reparador similar al del sueño.

Experiencias spa en Barcelona y alrededores

Un circuito termal, un balneario o un spa... Son experiencias sencillas y auténticas que nos proporcione un ritual que nos conecte con "las fuentes de la juventud, donde reside la vida, el vigor y la eternidad", como escribió Mircea Eliade.

Os proponemos dos ideas para poder realizar este tipo de experiencias en Barcelona y alrededores.

Circuito termal en el Hotel Colón

Quizá porque nos seduce el mar, nos dirigimos al Hotel Colón, en Caldes d’Estrac (Barcelona), un establecimiento que combina talasoterapia y baños termales.

La doctora que supervisa los tratamientos de las personas con afecciones dermatológicas, respiratorias, reumáticas o circulatorias nos enseña las instalaciones (bañeras de hidromasaje, chorros a presión, circuito de duchas, cabinas para aplicar lodos y otros productos, siempre con la posibilidad de elegir agua de mar o termal) y nos invita a disfrutarlas.

Empezamos por una sauna. Nos duchamos y pasamos diez minutos en la sauna de vapor seco a unos 75 grados. Tenemos la sensación de que nuestros cuerpos sometidos al sedentarismo invernal aprovechan para expulsar toxinas sudando a través de todos los poros.

A continuación, renunciamos al estímulo de la fuente de hielo y nos refrescamos en la bañera de 17 grados.

Nos ponemos el albornoz y nos dirigimos al bar dietético. Allí recuperamos líquido con un caldo caliente de cebolla y una infusión relajante (también hay tisanas tranquilizantes y diuréticas).

Una vez repuestos, sucumbimos a la tentación de la piscina. Como el hotel se encuentra junto a la arena de la playa, el agua se obtiene mediante canalizaciones que se adentran 500 metros en el mar; luego esta se filtra, desinfecta y templa hasta los 30 grados.

La elevada concentración de sales hace que no cueste flotar. Si cerramos los ojos, solo escuchamos la agradable música ambiental. Si los abrimos, vemos el cielo a través de los amplios ventanales y las figuras a contraluz de personas haciendo taichí.

Mientras, a través de la piel se filtran los 75 elementos que se hallan en el agua en forma de sales: de magnesio, potasio, calcio, azufre, yodo... Esperamos que tengan un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario y que no nos volvamos a resfriar en una temporada.

En los bordes de la piscina hay cuellos de cisne cuya lámina de agua relaja el cuello y los hombros.

También hay camas de agua para recibir un masaje burbujeante, pero preferimos probar el jacuzzi de agua termal, que surge naturalmente a 38,8 grados del manantial que se halla en una galería bajo el edificio del ayuntamiento y que también da vida al Balneario de Caldes d’Estrac.

La Vía Augusta que iba de Roma a Cádiz pasaba por este lugar, que se convirtió en parada obligatoria de los romanos.

Aguas ricas en silicio

Las aguas termales de Caldes se recomiendan para las afecciones reumatológicas, respiratorias, digestivas y circulatorias.

La doctora nos comentó que, al brotar en la roca de granito, son muy ricas en silicio y que por ello ayudan a hidratar y regenerar la piel, las uñas y el cabello.

La abundante presencia del mineral se nota en el tacto untuoso del agua: al rozar las yemas parece que se haya colado una gota de aceite. Nada mejor para tratar la piel seca. Y en efecto, al salir del jacuzzi la piel parece más tersa y brillante.

Decidimos no ducharnos para no deshacernos demasiado rápidamente del silicio y, en albornoz, nos dirigimos a la sala de relajación, donde tumbados y casi a oscuras escuchamos una grabación de sonidos de la selva, con cascadas de agua y gorjeos de pájaros.

El hotel nos invita a probar uno de sus tratamientos exclusivos. Se trata de una exfoliación con cáscaras de naranja y aceites esenciales bajo una ducha Vichy: desaparecerá hasta la última célula muerta.

La ducha Vichy, que se toma tumbado, con los chorros de agua termal dirigidos hacia puntos concretos, estimula la circulación, deshace contracturas y surte un efecto relajante.

Una profesional experimentada nos realiza un masaje de 45 minutos –en parte bajo los chorros de agua–, enérgico pero agradable, que desentumece la musculatura de todo el cuerpo, pone en marcha el sistema linfático y predispone la piel a recibir los principios activos del preparado.

Preguntamos a la masajista si ha utilizado algún tipo de guante y nos responde que no, que la sensación se debe al roce de las cortezas de naranja y las cremas.

El Hotel Ra en El Vendrell

Salimos del Hotel Colón con la sensación de haber sido recompuestos por dentro. Parece que nos movemos con más soltura y armonía, y no queda huella del cansancio.

Durante horas experimentamos una profunda relajación que nos hace tomar el resto de la jornada laboral con mucha calma. Nos prometemos que no dejaremos pasar demasiado tiempo hasta nuestra próxima experiencia de hidroterapia.

Los días han transcurrido con más ligereza que de costumbre. Por la noche nuestro sueño ha mejorado y durante el día nos hemos sentido más llenos de vitalidad.

Para continuar con la investigación, ahora acudimos al hotel Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa, en El Vendrell (Tarragona), que combina una moderna oferta de talasoterapia con la posibilidad de realizar un auténtico tratamiento ayurvédico.

La medicina tradicional de la India es conocida por buscar la curación a través de sensaciones agradables y la recuperación del equilibrio a nivel profundo.

Un tratamiento ayurvédico

El doctor Vijai Carolin, que estudió ayurveda en la Universidad de Kerala (India), lleva más de dos años trabajando en el hotel, acompañado de cinco terapeutas, también indios, encargados de hacer los diferentes tipos de masaje.

Nos explica que su objetivo es diagnosticar el estado energético del cliente para decidir cuál es el tratamiento adecuado. Por desgracia, muchos visitantes del hotel no conocen toda la potencialidad del ayurveda, una ciencia milenaria, de eficacia demostrada en la curación de todo tipo de problemas de salud.

El doctor nos toma los pulsos con los ojos cerrados y asegura que sufrimos un exceso de vata (uno de los tres humores o energías que rigen el organismo), seguramente debido a un exceso de estrés y trabajo de tipo mental. Le damos la razón y nos indica un masaje básico de una hora de duración con aceite de sésamo, coco y plantas medicinales.

Las técnicas ayurvédicas incluyen gran variedad de baños y masajes realizados con aceites, plantas medicinales y leche, que se realizan con las manos o con pindas (saquitos con hierbas en su interior). Resultan especialmente eficaces en caso de artritis y artrosis, parálisis, cansancio y estrés.

Vijai explica que podríamos realizar el programa depurativo tradicional panchakarma o bien tratamientos de 3 a 21 días de duración.

Nos llevan a cada uno a un espacio tenuemente iluminado con velas. Nos sentamos y nos hacen un masaje del cuero cabelludo con aceite herbal templado.

Luego nos tumbamos sobre unas impresionantes camillas talladas en madera maciza con propiedades medicinales. Cada una pesa alrededor de media tonelada, y ha venido desde la India en barco y ha entrado en la habitación por el ventanal.

El masajista (para él, un chico; para ella, una chica, como manda la tradición en la India) toma el aceite templado con las manos y lo distribuye por el cuerpo con desenvoltura, realizando un masaje vigoroso que trabaja a fondo cada uno de los grupos musculares, con especial atención en los glúteos, pantorrillas, muslos y parte alta de la espalda.

Las manos experimentadas recorren el cuerpo sin tregua y nos mueven brazos y piernas como si fuéramos títeres, lo que obliga a dejarse hacer, a entregarse en medio de los aromas del aceite y las especias.

Al finalizar el masaje, que parece haber movilizado la energía que se salía por la cabeza hacia la planta de los pies, es necesario ducharse y relajarse durante unos minutos, tomando uno de los tés e infusiones disponibles.

Luego nos dirigimos a las instalaciones de talasoterapia y spa para finalizar la experiencia.

El agua de la piscina es muy rica en yodo (indicado entre otras cosas para activar el metabolismo y desinfectar la piel), porque el hotel Le Méridien Ra se halla en la playa de San Salvador, frente a la cual se encuentra una gran colonia de algas que libera continuamente el mineral.

Se dice que en las aguas de San Salvador la concentración de yodo es más alta que en cualquier otro punto del Mediterráneo.

Recorrido de relajación

Optamos por seguir un recorrido de relajación, que indica el orden y el tiempo de las paradas en distintos lugares: la piscina, el jacuzzi, las camas de agua, la ducha, el baño de vapor y finalmente la sala de oxígeno frente al mar.

El baño de vapor, que debemos repetir, según el itinerario marcado, es intenso. Aunque dentro de la pequeña sala la temperatura es inferior a la sauna, la humedad hace que la sensación de calor sea más aguda.

La piel parece fundirse. Las mucosas de la nariz y la garganta se ablandan y una ligera esencia mentolada penetra agradablemente hasta las entrañas. El calor relaja tanto los músculos como la mente. Nos recostamos en el banco circular de gresite hasta que se cumplen los diez minutos.

Al salir y respirar aire fresco nos dirigimos a las tumbonas de la sala con una concentración aumentada de oxígeno que produce efectos beneficiosos sobre los tejidos en general y sobre los sistemas circulatorio y respiratorio en concreto.

Allí entablamos conversación con Bárbara, una mujer que no pierde la oportunidad de visitar balnearios y spas en los lugares donde viaja por negocios.

Nos cuenta su experiencia reciente en el Hotel Heinz, en Höhr-Grenzhausen, cerca de Coblenza (Alemania). Allí probó el baño Royal, inspirado en el ritual que seguían durante 40 días las princesas de Java antes de su boda.

Sentada en un trono de piedra, la recubrieron desde la cabeza hasta los pies con una pasta hecha de tierra con cualidades terapéuticas, aceite, sal y miel. Bárbara dice que su aspecto le recordaba al de un guerrero africano o un soldado de terracota de Xian.

La cabina se fue llenando de vapor hasta que prácticamente no se podía ver nada. El calor y la humedad ablandaron la pasta y comenzó a recibir un masaje por todo el cuerpo. Después de 20 minutos, una suave lluvia tibia arrastró el barro y quedó lista.

Más allá de la experiencia exótica, Bárbara asegura que nunca había sentido su piel más limpia y joven. Además el barro le había proporcionado oligoelementos que prolongarían su efecto durante semanas.