Cuando se siente una molestia se entiende que el cuerpo está enviando un mensaje a la conciencia sobre algo que no va bien.

A partir de ahí los kinesiólogos sostienen que el cuerpo sabe cuál es el problema y que este conocimiento se refleja en el sistema muscular.

Gracias a una serie de pruebas musculares detectan desequilibrios en cualquiera de los sistemas corporales y pueden valorar las reacciones del cuerpo ante diferentes estímulos, como los alimentos, las sustancias alérgenas o las contaminantes.

Kinesiología: qué es

El concepto kinesiología procedente de las palabras griegas kinesis (movimiento) y logos (tratado), tiene dos acepciones:

  • En Medicina, Educación Física y Fisioterapia se llama así al estudio del movimiento del cuerpo humano.
  • En cambio, en el terreno de la salud natural alude al sistema diagnóstico y terapéutico desarrollado en los años 60 y 70 por el quiropráctico estadounidense George Goodheart.

Según Goodheart, todos los sistemas del cuerpo interactúan. Los músculos, los órganos y las glándulas están conectados por una red compleja que incluye los sistemas nervioso, hormonal, linfático y circulatorio, así como las sendas de energía descubiertas por la medicina china.

La kinesiología subraya el hecho de que unos mismos síntomas pueden tener diferentes orígenes, por lo que no tiene sentido tratar a todos los pacientes por igual.

La lista de causas puede incluir pinzamientos nerviosos, desequilibrios energéticos, intoxicaciones, una dieta incorrecta, intolerancias a ciertos alimentos, trastornos en los sistemas circulatorio y linfático o problemas neurológicos.

Para los kinesiólogos, cada músculo está asociado con unos órganos, glándulas y meridianos energéticos, lo que explica que el sistema muscular sea el objeto de sus análisis.

Por ejemplo, los cuádriceps, en la parte delantera del muslo, están unidos energéticamente al intestino delgado, mientras los tendones de las corvas, detrás de la rodilla, se relacionan con el intestino grueso.

¿Cómo es una consulta de kinesiología?

Un buen kinesiólogo realiza una completa historia del paciente, haciéndole preguntas sobre problemas de salud pasados, su estilo de vida, dieta y otras cuestiones.

  • También se fija en su postura corporal y en su modo de andar.
  • Si es necesario solicitará radiografías, análisis de sangre y de orina.
  • A continuación realiza pruebas musculares, que consisten en comprobar la respuesta de algunos músculos indicadores.

Las pruebas musculares son anteriores al desarrollo de la terapia. Un centenar fueron ideadas en 1949 por el doctor Robert Lovett y los fisioterapuetas Henry y Florence Kendall, pero Goodheart las concretó y las integró en su sistema.

Los kinesiólogos sostienen que realizar pruebas musculares es a la vez un arte y una ciencia, porque el terapeuta tiene que desarrollar una gran sensibilidad para captar e interpretar los mensajes que le llegan desde el cuerpo del paciente.

No obstante, existe una técnica rigurosa que marca un orden preciso y sistemático.

  • El procedimiento comienza con el estudio de un gran grupo de músculos como los del brazo o los del muslo. Se presionan y se realizan flexiones de las articulaciones para evaluar el tipo de respuesta.
  • Por ejemplo, en un test realizado sobre el pectoral mayor clavicular, al levantar el brazo del paciente el terapeuta puede comprobar la energía del meridiano energético del estómago.
  • El "AR" o reflejo del brazo, utilizado en la kinesiología holística, indica la respuesta del cuerpo ante un estímulo químico, emocional o energético.
  • El terapeuta puede apreciar una distinta longitud de los brazos. En ese caso, el terapeuta realiza un masaje sobre los puntos neurolinfáticos. Según la kinesiología holística tiene un efecto regulador sobre el flujo de energía que circula por los meridianos.
  • Cuando un músculo muestra una respuesta débil y su opuesto está tenso, se deduce que existe una interrupción del flujo energético.
  • El terapeuta puede pedir al paciente que toque con una mano distintas partes del cuerpo mientras realiza las pruebas musculares a fin de localizar los problemas.
  • Además, los tests pueden utilizarse para estudiar las reacciones del organismo ante distintas sustancias, valorando la respuesta muscular cuando el paciente prueba un alimento determinado, huele una sustancia o se le colocan diluciones homeopáticas en la lengua.

Por ejemplo, una persona alérgica al trigo puede presentar debilidad en los músculos de las piernas que se corresponden con el intestino.

El test del cuádriceps, uno de los músculos indicadores, sirve para medir la energía del intestino delgado. Si está débil, el terapeuta puede iniciar un tratamiento con masaje o recomendar algún remedio para el intestino.

El estudio del terreno mental y emocional obedece a la misma lógica: el examen muscular se realiza mientras el cliente se concentra en determinados pensamientos.

Así el kinesiólogo puede identificar problemas de salud que no han sido descubiertos por otros medios.

La kinesiología está especialmente indicada en el tratamiento de problemas funcionales de salud para evitar que evolucionen a peor.

Algunos de los trastornos en las que se cree que puede ayudar son las alergias e intolerancias alimentarias, los dolores musculares a consecuencia del estrés, la artritis, las rigideces articulares, las dolencias debidas a esfuerzos repetidos, los dolores en las lumbares, la ansiedad y la hiperactividad.

¿Qué puede hacer un kinesiólogo?

Una vez se ha hallado el origen del problema, el objetivo del terapeuta es restablecer el equilibrio completo entre los sistemas corporales. Para conseguirlo puede recurrir a una serie de técnicas.

  • Una de las más características es el masaje ligero sobre determinadas zonas del cuerpo, especialmente en los espacios intercostales, a fin de aumentar el rendimiento de los órganos relacionadas con ellas mediante el estímulo de los reflejos neurolinfáticos.
  • También puede presionar unos puntos situados en el cráneo que estimulan los reflejos neurovasculares, aumentando así el flujo sanguíneo hacia los órganos y las glándulas correspondientes.
  • Finalmente puede enseñar determinados ejercicios, como la marcha cruzada, como los que proponemos al final de este artículo.
  • Si el profesional tiene la formación suficiente, puede prescribir una dieta terapéutica, corregir daños estructurales mediante manipulaciones de las articulaciones o la realización de ejercicios, administrar remedios homeopáticos, deshacer nódulos musculares con masajes o realizar sesiones de acupuntura, entre otras posibilidades.

El tratamiento varía en función de los conocimientos y preferencias del terapeuta, pero la mayoría recurre al masaje de los músculos afectados, aplicando técnicas quiroprácticas, osteopáticas y de rolfing.

En las visitas sucesivas, se repiten las pruebas musculares y se adapta el tratamiento a la evolución del paciente o se da por finalizado.

Tres o cuatro sesiones de una hora deben ser suficientes para notar los beneficios pero, como en otras terapias, la duración depende del problema detectado y las características del paciente.

Como se trata de una terapia suave no invasora y sin efectos secundarios, es segura para personas de todas las edades, estados de salud, embarazadas y niños.

TIPOS DE KINESIOLOGÍA

Antes de consultar con un kinesiólogo puede ser útil asesorarse sobre su formación. Si no es un profesional con licenciatura universitaria, conviene acudir antes a un médico para que realice un diagnóstico preciso del problema.

Los defensores de la kinesiología aplicada de Goodheart están a favor de que el terapeuta tenga una formación científica rigurosa (médicos licenciados, dentistas, fisioterapeutas diplomados... ) a la que se sume un aprendizaje de la kinesiología en centros autorizados por el International College of Kinesiology (ICAK), de Estados Unidos.

Esta rama principal no está de acuerdo con otras tendencias posteriores, más sencillas u orientadas hacia el autocuidado, que realizan un diagnóstico basado en la respuesta negativa o positiva a pruebas musculares muy sencillas, y que en teoría debieran formar parte de un trabajo diagnóstico má complejo.

El tacto para sanar y sus variantes

Una de ellas es Touch for health (tacto para sanar), desarrollada por John Thie, uno de los fundadores del ICAK, que puede ser aplicada, incluso, como método de autoayuda.

Los practicantes enseñan a la persona a fijarse una meta vital, creando una imagen mental clara de su objetivo, y luego utilizan las pruebas musculares y ejercicios sencillos para equilibrar el flujo energético.

El tacto para sanar, que es la rama de la kinesiología con más practicantes en el mundo, ha inspirado una serie de variantes entre ellas la fisiología aplicada de Richar Utt, la kinesiología del bienestar de Wayne Topping, la biokinesiología de John Barton, la kinesiología fundamental de Maggie La Tourelle y la kinesiología cristiana de Jim Reid.

Kinesiología clínica

Otra orientación es la kinesiología clínica, desarrollada por el quiropráctico estadounidense Allan Beardall y empleada únicamente por profesionales de la salud titulados.

Beardall desarrolló enormemente la técnica de las pruebas musculares (describió 300 nuevas) y diseñó un mapa que mostraba la relación entre cada músculo del cuerpo con sus reflejos, los órganos y los meridianos energéticos asociados.

En la kinesiología clínica se utilizan además otros métodos diagnósticos. Beardall empleó más de 1.000 mudras (gestos rituales realizados con las manos, inspirados en las tradiciones de la India), cuyo efecto sobre la respuesta muscular informa sobre los estados emocional, físico y químico del paciente.

La kinesiología clínica también recurre a nutrientes minerales, remedios florales de Bach y aceites esenciales.

Kinesiología educacional para las dificultades de aprendizaje

La kinesiología educacional es una de las que ha conseguido un mayor reconocimiento.

Se basa en las ideas de Paul Dennison, un terapeuta especializado en la ayuda a niños con dificultades para el aprendizaje, que desarrolló una serie de ejercicios que mejoran la comunicación entre los hemisferios cerebrales.

Actualmente la terapia es reconocida como una herramienta útil para estimular el desarrollo de los niños con dificultades, así como para mejorar el rendimiento intelectual y las habilidades personales en los adultos sanos.

Otras orientaciones

También cabe mencionar la kinesiología avanzada, desarrollada por Sheldon Deal, colaborador inicial de Goodheart, y la holística, desarrollada en 1980 por el fisioterapeuta, osteópata y kinesiólogo belga Raphael Van Assche, que entonces trabajaba en España y que está bastante implantada en los países de habla castellana.

Si se puede afirmar que toda terapia es un arte, con más razón puede definirse así la kinesiología, dada la gran variedad de orientaciones y la complejidad de sus métodos.

Su sutileza hace que la calidad del terapeuta sea un factor determinante, en comparación con otras terapias con protocolos más estandarizados.

Quizá ahí precisamente reside su ventaja para detectar alteraciones sutiles y ayudar a recuperar rápidamente el bienestar. 

EJERCICIOS DE KINESIOLOGíA

La kinesiología ha desarrollado una serie de técnicas para la autoayuda, de manera que puedan beneficiarse el mayor número de personas posible.

Los siguientes ejercicios favorecen una integración óptima entre mente y cuerpo.

PARA MEJORAR LA COORDINACION

La técnica de la marcha cruzada mejora la coordinación de movimientos y la integración entre cuerpo y mente. Favorece especialmente la concentración.

  1. Levanta el brazo derecho estirado hasta la vertical del cuerpo mientras flexionas la pierna izquierda. A la vez gira la cabeza hacia el lado del brazo en alto, si corresponde al hemicuerpo dominante. Al bajar el brazo y la rodilla la cabeza vuelve a mirar adelante. Se parece a la marcha exagerada de un soldado.
  2. Repite el gesto con el brazo y la pierna opuestos, mirando entonces hacia delante.
  3. Hay que realizar una serie de 24 movimientos (12 de cada lado).
  4. Puedes hacer ejercicios similares tocando con las manos la punta de cada pie, con música, tarareando o con los ojos cerrados de pie, sentado o acostado.

PARA ACTIVAR LA ENERGÍA

Es ideal antes de iniciar cualquier actividad porque conecta todos los sistemas del cuerpo, especialmente el energético.

Relaja, ayuda a concentrarse y a ver las cosas de forma positiva.

Puede hacerse sentado o de pie:

  1. Siéntate, cruza las piernas a la altura del tobillo, con el izquierdo por encima del derecho. Cruza el brazo izquierdo sobre el derecho a la altura de las muñecas con los codos rectos. Haz una rotación con las manos, de modo que las palmas se toquen y se entrelazan los dedos. Respira regular y suavemente al menos un minuto, mientras te sientas cómodo o hasta que percibas una mejora en la energía.
  2. Siéntate con los dos pies planos en el suelo, y coloca las yemas de los dedos de manera que se toquen ligeramente. Respira suavemente durante al menos un minuto o hasta que notes una mejora en la energía

PARA LIBERAR EL ESTRÉS EMOCIONAL

Esta sencilla técnica consiste en ejercer con los dedos una presión suave en la zona ligeramente por encima de las cejas, mientras se piensa en la causa del estrés.

George Goodheart desarrolló este ejercicio que consideraba idóneo para liberar la tensión emocional. Para que sea eficaz debe mantenerse la presión durante unos 10 minutos.

La razón del éxito es que la presión estimula los puntos reflejos neurovasculares que afectan al estómago, zona donde se manifiestan especialmente las emociones.

El estrés es uno de los principales bloqueadores de la comunicación entre los diferentes sistemas del organismo.